Ayer echó a andar en el KBr Barcelona Photo Center de la Fundación MAPFRE la primera edición de KBr Flama, un programa destinado a apoyar la creación emergente favoreciendo los comienzos profesionales de fotógrafos formados en las escuelas de esa disciplina en la capital catalana; se han emprendido para ello colaboraciones con Grisart, Idep Barcelona, IEFC y Elisava.
Las autoras seleccionadas para exhibir su trabajo en KBr proceden de tres países y no superan los 35 años; se trata de Laura Gálvez-Rhein (Fráncfort del Meno, 1998), Blanca Munt (Barcelona, 1997), Gael del Río (Barcelona, 1990) y Gunnlöð Jóna Rúnarsdóttir (Reikiavik, 1992) y se las eligió en una convocatoria de visionado en la que participaron reconocidos profesionales de la fotografía: Marta Gili, Sergio Mah, Ramón Reverté y Arianna Rinaldo. En sus proyectos se entrelaza pasado y presente, lo individual y lo colectivo.
Gael del Río presenta Evocare, una serie sobre la relación creativa entre un padre y su hija y sobre pérdida y duelo. Surge de las propias vivencias de la artista a la muerte de su progenitor y también nos acerca a la producción gráfica de aquel, Carlos del Río; la experiencia de esa muerte cercana la aborda Gael desde una perspectiva íntima y sensible, tratando de trasladar a sus imágenes las emociones intangibles y subrayando el poder evocador y poético de este medio.
En su propuesta, por tanto, prima lo individual y subjetivo y son los objetos, dispersos, quienes acercan al espectador tanto al mundo interior de la autora como a los ideogramas que componían el lenguaje plástico de su padre. El papel fotográfico cobija, de algún modo, una conversación entre ambos.
Lo autobiográfico también adquiere peso en la propuesta de Laura Gálvez-Rhein, Ex-Libris. Se trata de una serie documental sobre la vida de su abuelo, Wolfgang F. O. Rhein, que nació en Berlín en 1937, vivió cerca de Fráncfort del Meno (donde nació ella), prácticamente no pudo gozar de la infancia y la juventud, marcadas en su generación por la II Guerra Mundial, y fue profesor de alemán en varios destinos hasta que ahora, jubilado ya, lo imparte como voluntario a refugiadas.
La fotógrafa presenta en KBr un collage sobre el trauma, lo recordado y lo olvidado: se ha servido de su archivo familiar y del Archivo Nacional Alemán para elaborar un reportaje sobre la vida cotidiana de Wolfang como representante de los niños de la guerra alemanes cuya memoria, entiende, ha sido insuficientemente reivindicada.
La propuesta de Blanca Munt no se zambulle en su pasado familiar pero sí parte de una experiencia propia: en 2019, participó en un chat vecinal para alertar sobre robos o sucesos sospechosos y comprobó cómo lo que en principio surgió como herramienta para favorecer la seguridad de su barrio derivó en una plataforma para el chisme, la desconfianza y la conjetura banales. Pasó de vivir en una zona tranquila de calles iluminadas y residentes bien avenidos a hacerlo en un espacio para la sospecha, no solo hacia los extraños, sino hacia los vecinos menos implicados en el grupo.
En Alerta Mira-Sol representa las imágenes mentales, interesadas, que podrían derivarse de los puntos de vista en este asunto de los vecinos, los sospechosos, la policía y los administradores locales, proponiendo al espectador repensar sus miedos hacia lo desconocido y las contradicciones que esos temores conllevan. En sus palabras, ha articulado esta serie como una reflexión acerca de la tensión entre el privilegio de vivir en un lugar apacible y la constante sensación de amenaza latente como parte de la actual cultura del miedo.
Por último, la islandesa Gunnlöð Jóna Rúnarsdóttir recuerda en su proyecto Obscure Presence la querencia de sus paisanos por lo desconocido, relacionada quizá con el hecho de habitar en una isla pequeña y aislada, con un clima extremo, vida social limitada y paisajes incomparables. Cuenta que tienen propensión a creer en fantasmas, elfos y huldufólk (gente oculta), y además muchos de nosotros sentimos una conexión con esas criaturas sobrenaturales. Un estudio de 2007 del profesor de folclore Terry Gunnell le da la razón: según su investigación, la mayoría de los islandeses no descarta que existan elfos y fantasmas y muchos, de hecho, no tienen duda ninguna de ello.
Para entender cómo explican en este país, en nuestro tiempo teóricamente racionalista, esas creencias, la fotógrafa ha entrevistado a gentes con experiencias personales de índole extraterrena, valiéndose de sus testimonios como base para las imágenes que ahora nos enseña. Sus relatos, percibió Rúnarsdóttir, comparten atmósferas particulares e incluso temas de fondo.
“KBr Flama 21”
Avenida Litoral, 30
Barcelona
Del 30 de septiembre de 2021 al 16 de enero de 2022
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