Sus exposiciones son forzosamente inmersivas, sin necesidad de pantallas, porque aúnan arquitecturas, soluciones próximas a la ingeniería, palabras y naturaleza. En esta ocasión, además, sus espacios son cobijados por los que Antoni Gaudí concibió para la Casa Milá, dejándose llevar por su fluidez y no atendiendo en su ordenación a cronologías, sino a líneas curvas y movimientos.
Desde hoy y hasta el próximo enero, la Fundació Catalunya La Pedrera presenta “Pasajes”, la que es la primera muestra monográfica de Cristina Iglesias en Barcelona, comisariada por James Lingwood. Consta de una treintena de obras fechadas entre 2002 y la actualidad, realizadas en muy diversas técnicas y representativas todas ellas de la trayectoria de esta artista donostiarra, cuya producción se centra en la generación posible de narrativas no obvias a través de las formas y los materiales, en la articulación de modos alternativos de habitar y de entender el entorno y en el estudio de la percepción del espectador cuando queda atrapado en esos espacios nuevos dentro del espacio de siempre.
Uno de los trabajos expuestos es inédito para la ocasión (Bosque Mineral) y otro más, de gran formato, saluda al visitante en el patio del Paseo de Gracia (Vers la terre). Desde sus mismos títulos evocan los paisajes y geologías, incluso los subsuelos, que han nutrido las propuestas de Iglesias, que en lo formal ofrecen una riqueza evidente de texturas, volúmenes y perspectivas cambiantes. En esa última, Vers la terre, el paso del tiempo y el agua devienen elementos escultóricos: la presencia de la primera, fluida y transparente, impide que la pieza permanezca estática y también nos desorienta.

Hierro, bronce, cemento, hormigón, cristal y agua, sombras, claroscuros, juegos de profundidad y textos escondidos componen piezas que casi nunca pueden ser contempladas desde fuera, sino deambulando por caminos y pasadizos que amplifican sus efectos lumínicos.
Techos suspendidos modifican por completo nuestra visión de las salas de La Pedrera; y celosías con influencias propias de las tallas árabes delimitan aún interiores y exteriores, filtran la luz ambiental e incorporan fragmentos de relatos clásicos, como los de Las mil y una noches, proyectados por sus sombras.
En los hondos lazos que es posible establecer entre la escultura y la arquitectura se empapó esta autora, posiblemente, en Londres en los ochenta, de la mano de la llamada nueva escultura británica, y también de la Escuela de Düsseldorf. Allí se familiarizó con las propuestas de Eva Hesse y con las más cercanas al land art de Robert Smithson, aunque ella decidiera mantenerse alejada de corrientes definidas y trabajar en una senda propia, conjugando materiales de orígenes diversos con esas formas naturales u orgánicas. Las lecturas de sus proyectos son amplias, pero es fácil percibir que Iglesias apela a las esencias básicas y telúricas de las construcciones arquitectónicas primigenias o a la idea de refugio en el medio natural sobre la que han creado tantos autores desde el Renacimiento, uniendo simbolismo y pasado arquitectónico al tratar el agua, el aire o los volúmenes. Al margen de esas conexiones historicistas, o puede que energéticas, estas obras también conectan con la imaginación: con lugares de la mente y con los umbrales que los separan de lo tangible y real.
Otro aspecto fundamental de su trabajo es la exaltación del lado vivo de los mismos materiales, sólo perceptible por quienes son capaces de trascender la contemplación de su apariencia inerte.
Esta exhibición se completará, desde el 28 de octubre, con un documental a cargo de David Trueba que propone una mirada íntima a sus creaciones: se adentra en el estudio de Cristina Iglesias y en sus procesos, y atiende además a la preparación de esta exposición, con testimonios de la artista sobre lo que organizar una presentación en La Pedrera supone.
Las próximas exhibiciones de Iglesias tendrán lugar en Londres y Nueva York; trabaja asimismo para obras permanentes en Suecia, Dinamarca y Chicago y, ya en 2027, la Fondation Cartier parisina mostrará igualmente sus piezas pasadas y recientes.

“Cristina Iglesias. Pasajes”
Carrer de Provença, 261 – 265
Barcelona
Del 9 de octubre de 2025 25 de enero de 2026
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