La obra de Cornelia Parker es ejemplo emblemático de que una instalación de gran formato, y en su caso a menudo site-specific, pueden tener carácter poético e invitarnos a reflexionar sobre asuntos íntimos, como la fragilidad de la existencia humana. Entre sus proyectos más conocidos encontramos dos que llaman la atención sobre esa fragilidad a través de la transformación de los materiales: Cold Dark Matter (1991) es una reconstrucción de la explosión de un cobertizo típicamente inglés (convenció a militares para que lo volaran y después ella recogió sus pedazos) y Heart of Darkness (2004), la presentación artística de los restos de un incendio forestal.
Pueblan sus trabajos descomposiciones y accidentes fruto de una cierta violencia, de eclosiones de amenazas. Sobre sus restos, o entre ellos, propone caminar a un espectador que, seguramente, solo conoce las consecuencias de una explosión por el telediario. El resultado tiene efectos transformadores; esa materia destrozada ha cobrado nueva vida en la sala de exposiciones.
Parker ha protagonizado muestras importantes en la Whitechapel Gallery, el Modern Art Museum of Fort Worth o la Serpentine Gallery, y este mismo año la Whitworth Gallery de Manchester le ha dedicado una completa retrospectiva. En 1997 fue nominada al Turner Prize, ha participado en las Bienales de Venecia, Sydney y Gwangju y en 2010 se convirtió en Oficial de la Orden del Imperio Británico.
Ha sido elegida por su talento para llamar nuestra atención sobre las cualidades más desconocidas y oscuras de espacios y objetos cotidianos
Formada en la Wolverhampton Polytechnic y en la Reading University, Parker no ha trabajado solo modificando escalas y contextos, sino también replanteando el significado transmitido por los objetos encontrados. En “The Maybe”, la exposición que llevó a cabo en 1995 en la Serpentine en colaboración con la actriz Tilda Swinton, se centró en explorar las sensaciones que experimentamos al encontrarnos frente a reliquias y pertenencias de personajes famosos, seleccionando para aquella propuesta curiosidades prestadas por diversos museos: acuarelas de Turner, medias de la Reina Victoria de Inglaterra o la manta de Sigmund Freud. La propia Swinton formó parte de aquella muestra y se expuso durmiendo en una urna de cristal.
Hay mucho de humor en su producción, por influencia -que ella reconoce- de los cómics y la animación.
Thomas P. Campbell, director del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, acaba de anunciar que Parker ha sido seleccionada para realizar la próxima instalación específica en la azotea de este centro. Podrá visitarse entre mayo y octubre del año que viene.
Ha sido elegida por su talento para llamar nuestra atención sobre las cualidades más desconocidas y oscuras de espacios y objetos cotidianos y por esa curiosidad insaciable que la lleva a territorios culturales complejos con resultados provocadores y sorprendentes.
Organizará el proyecto será Beatrice Galilee, comisaria asociada de arquitectura y diseño del departamento de arte moderno y contemporáneo del Metropolitan.
En España, por cierto, representa a Parker Carles Taché.
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