Pintar nos hace más curiosos, basta intentar retratar a un ser querido para darnos cuenta de que jamás nos habíamos percatado de detalles de su rostro. Es una actividad reveladora, porque pensamos que vemos cuando simplemente miramos; entonces ver se convierte en descubrir, no es sencillamente abrir los ojos.
La práctica de la acuarela tiene muchas ventajas y comodidades: es fácil de transportar, las manchas se quitan y no es necesario tener un estudio -una mesa de cocina puede ser apta para pasarlo bien-.
También hay que decir que la acuarela es una técnica flexible, en ocasiones exige cambios y que improvisemos sobre la marcha, estar atentos es vital para que no pierda frescura este juego de agua y color. Una vez adquiridos los rudimentos técnicos óptimos, podrás disfrutar al pintar. La calidad nunca es un accidente.
El Museo Lázaro Galdiano ofrece la posibilidad de trabajar con la obra viva conectando el pasado con el presente y cuenta con un magnífico jardín que nos recuerda que todo lo que nace y crece tiene un ritmo natural que se debería respetar. La jardinería y la pintura se cultivan de manera similar. ¡La naturaleza y el arte juntos en un mismo lugar!
IMPARTE:
Diego Sierro, artista y profesor de acuarela.
FECHAS Y HORARIO:
16, 23 y 30 de noviembre y 7 de diciembre, de 11:00 a 13:00 horas (turno de mañana) o de 16:00 a 18:00 horas (turno de tarde).
TARIFAS:
90 euros al mes.
INSCRIPCIÓN:
RESERVA PREVIA en: educacion@flg.es o tel. 91 561 60 84
PLAZAS:
Mínimo 8 personas. Cada alumno aportará sus propias acuarelas en tubo o pastilla, pinceles y papel.
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