¿Qué significa mi dolor? ¿Cómo diseñar una vida que merezca la pena de ser vivida desde la conciencia de la finitud y la muerte propias y ante la exposición cotidiana a lo que no depende de nosotros mismos? ¿Qué es una vida buena y qué elementos incluye? ¿Cómo vivir y cómo morir? ¿Para qué insistir en este prolongado desorden de los sentidos que nos hundirá irremediablemente en el océano de la inconsciencia?
Uno de los momentos fundacionales de la filosofía Occidental es el Fedón de Platón, un diálogo dramático e intenso que escenifica las últimas horas de Sócrates en compañía de sus discípulos y amigos. Solemos recordar sus últimas palabras: “Critón, le debemos un gallo a Asclepio. Haz la ofrenda, y no te olvides”. Desde Olimpiodoro hasta nuestros días, esta extraña sentencia ha dado lugar a múltiples interpretaciones, entre las que destacan la de Nietzsche en La ciencia jovial (donde Sócrates moribundo es acusado de cobardía al identificar la vida con una enfermedad de la que nos libraría la muerte) y la de Michel Foucault (quien, contra Nietzsche, identifica la enfermedad más terrible para el ser humano no con la vida misma, sino con una existencia alejada de toda autognosis y trufada de falsas creencias). En cualquier caso, esta singular expresión nos hace a menudo olvidar que tan importantes como las últimas palabras de Sócrates en el Fedón fueron las primeras: las primeras palabras que el maestro pronuncia mientras se restriega las piernas tras haber sido liberado de los grilletes y se dispone a conversar sobre la vida buena, la muerte implacable y la supuesta inmortalidad del alma:
“–¡Qué extraña cosa parece ser lo que los hombres llaman placentero, amigos! ¡Qué asombroso es el modo en que se relaciona naturalmente con aquello que parece ser su contrario, lo doloroso: no quieren surgir en el ser humano ambos al mismo tiempo; pero si se persigue y captura al uno, se estará siempre poco menos que forzado a tomar también al otro, como si ambos estuvieran unidos a una misma cabeza! Y me parece –continuó diciendo– que si Esopo se hubiera dado cuenta de ello, habría compuesto una fábula en la cual el dios, tras no lograr reconciliarlos en su contienda como pretendía, les hubiera unido las cabezas haciendo de ellas una sola cosa, de suerte que, cada vez que se presenta el uno, lo siga después también el otro. Es justamente la impresión que yo mismo he tenido: puesto que, a causa de los grilletes, tenía en la pierna una sensación de dolor, ahora parece seguirla una de placer”.
Las palabras del Fedón y sus reflexiones en torno a la proximidad entre el placer, el dolor y la muerte serán el punto de partida de un curso en el que los participantes explorarán corrientes de pensamiento y modelos de vida buena que combinan la dimensión epistemológica del análisis argumentativo, la conciencia de la fragilidad de la existencia y la pregunta por la vida buena en el horizonte de la temporalidad. En concreto, confrontarán dos cosmovisiones cuya tensión atraviesa la historia de la cultura humana desde el mundo griego hasta el pensamiento contemporáneo: la interpretación trágica de la existencia y el optimismo metafísico.
IMPARTE:
Iván de los Ríos.
PROGRAMA
1ª y 2ª sesión: Sócrates, Platón y la cosmovisión arcaica.
3ª y 4ª sesión: Schopenhauer vs. Nietzsche: ¿es posible un pesimismo de la fortaleza?
Sesión 5ª: Emil Cioran y el suicidio por venir.
FECHAS Y HORARIO:
2, 4, 9, 11 y 15 de febrero de 2021, de 18:00 a 20:00 horas.
TARIFAS:
General: 70 euros.
Socios CBA: 55 euros.
PARA MÁS INFORMACIÓN E INSCRIPCIÓN:
www.circulobellasartes.com