“¡Disidentes!”, así llamaban los miembros del Frente Popular de Judea a los del Frente Judaico Popular, y era también el grito que dirigían al único miembro de la Unión Popular de Judea, sentado unas gradas más abajo. Esa mítica escena de La vida de Brian (1979) de los Monty Python ilustra gráficamente la etimología de dissidere: el acto físico de “sentarse aparte”, de “estar separado” y de ahí, por extensión, la discrepancia, la resistencia y finalmente, puede, la sublevación.
La ironía de este visionario sketch de los Python es que la disidencia, como cualquier otro gesto contracultural, nunca es unitaria o sistemática y puede conducir a la atomización. Al contrario que el poder, el sistema o la cultura, que buscan perpetuarse hasta el infinito, la espiral de la disidencia tiende a agotarse en sí misma. Pero mientras tanto hay que arder, y arder bellamente porque, como dejó escrito Nietzsche, para seguir el camino del creador y poder ser finalmente libre “debes estar dispuesto a consumirte en tu propia llama”.
En este curso, se tratará de unir el gesto cinematográfico con el gesto político, pero sin altavoces ni consignas. Acaba de celebrarse el aniversario de la Revolución francesa, pero el ciclo no atenderá a esa idea de revuelta colectiva que transforma el orden existente, sino a las íntimas insurrecciones, los pequeños gestos contestatarios, las sublevaciones en sordina de unos cuerpos en guerra (no siempre) silenciosa: los privados de libertad, los individualistas, los migrantes, los locos, los malditos, los apátridas…
Estos son los disidentes, los que se sientan aparte; los que cantan su desencanto a quién quiera escucharlo; los que se apartan y se esfuman, como el Wakefield de Nathaniel Hawthorne; los que se recluyen en sí mismos y en su habitación como el estudiante de Un hombre que duerme de Georges Perec; o los que prefieren decir “no”, como el Bartleby de Herman Melville (o decir algo, al menos, de otra manera); los que, arrebatados, dan forma creadora a su rabia; o los que, desencantados, le dan forma destructora pues, como también escribió Nietzsche: “¡Cómo podrás renovarte si antes no te has convertido en ceniza!”.
PROGRAMA
2 de octubre
“¡Estoy furioso y no pienso aguantarlo más!”: Network (Sidney Lumet, 1976).
9 de octubre
Apátrida del universo: Wakefield (Robin Swicord, 2016).
16 de octubre
Melancolía de la disidencia: Armonías de Werckmeister (Béla Tarr, 2000).
23 de octubre
“La guerra más inútil y más sangrienta: la guerra por ser yo”: El desencanto (Jaime Chávarri, 1976) .
30 de octubre
“Obedece, consume, confórmate”: ¡Están vivos! (John Carpenter, 1988).
13 de noviembre
Exiliada (de sí misma): Sin techo ni ley (Agnès Varda, 1970).
20 de noviembre
“I’m against it”: los hermanos Marx contra todo.
27 de noviembre
Dos mujeres contra el mundo: Las margaritas (Veˇra Chytilová, 1966).
4 de diciembre
Fuera del lenguaje, fuera del mundo: El enigma de Kaspar Hauser (Werner Herzog, 1974).
11 de diciembre
Ciudadanos del Falso Mundo RealTM: HyperNormalisation (Adam Curtis, 2016).
HORARIO:
De 19:00 a 20:30 horas.
IMPARTE:
José Manuel Lópezz, crítico, docente y programador cinematográfico.
DESTINATARIOS:
Docentes, estudiantes y personas interesadas en el cine.
INSCRIPCIÓN:
Los interesados pueden enviar un correo electrónico a cgac.educacion@xunta.gal. En él deberán indicar su nombre completo, DNI, estudios, área de trabajo o interés, una dirección de correo electrónico y un teléfono de contacto. Una vez aceptada la solicitud, se informará a las personas inscritas sobre cómo realizar el pago.
PLAZO DE INSCRIPCIÓN:
Hasta el 1 de octubre de 2019.
TARIFAS:
30 euros.
PLAZAS:
150.
CERTIFICADO:
El CGAC expedirá un certificado a todas aquellas personas que asistan, como mínimo, al 75 % de las sesiones.
PARA MÁS INFORMACIÓN:
http://cgac.xunta.gal