Consistente 55ª Bienal de Venecia

Lara Almarcegui. The Rubble Mountain, Sint-Truiden, 2005

Lara Almarcegui acude en representación española en un pabellón comisariado por Octavio Zaya y la obra de Paloma Polo forma parte de la Exposición Oficial

El 1 de junio se abre al público en los Giardini del Castello y en el Arsenale la mayor cita veneciana con el arte contemporáneo: la 55ª edición de su Bienal, compuesta como siempre por una exposición oficial que este año ha sido comisariada por Massimiliano Gioni y una selección de pabellones nacionales, entre ellos el de nuestro país, que cobija un proyecto de la zaragozana Lara Almarcegui bajo el comisariado de Octavio Zaya.

Su propuesta ha despertado mucha expectación: consta de los característicos montones de escombros de Almarcegui, los que la artista ha calculado que corresponderían a nuestro pabellón, obra de Javier de Luque levantada en 1922, si fuese demolido: restos de grava, teja, cristal, mortero, cemento, ladrillo, arena, acero, madera y hormigón. Los restos de demoliciones, como las imágenes de solares urbanos, son un sello de la aragonesa, que ya ha desarrollado proyectos similares en el MUSAC, muy recientemente, y en Viena, Rotterdam y Dijon. La obra de Almarcegui puede contemplarse aquí en plenitud y sin distracciones en un espacio despojado e iluminado por luz natural.

Lara Almarcegui. Pabellón español en la Bienal de Venecia, 2013. Foto: Claudio Franzini

En palabras de Zaya, “deconstruyendo edificios y otros monumentos y construcciones, Almarcegui desenreda lo que entendemos como morada y residencia, mostrando los materiales, desnudos e inexpresivos, de los que están hechos los edificios, o decubriendo los productos de reciclaje que utilizan y en lo que a su vez se terminan convirtiendo, para acercarnos a la naturaleza entrópica inherente de la civilización. Básicamente, estas obras conectan los exteriores con los interiores, y el interior con la conciencia de sí mismo, en un proceso dialéctico de conocimiento”.

Jeremy Deller. We Sit Starving Amidst our Gold, Pabellón de Reino Unido 2013. © British Council

Entre los pabellones internacionales que más han llamado la atención de crítica y jurado hasta ahora figuran el británico (con Jeremy Deller); el holandés (con Mark Manders); el francés (con Anri Sala), el libanés (con Akram Zaatari) o el mexicano (con Ariel Guzik). Paraguay se estrena este 2013 en la Bienal con una colectiva con trabajos de Pedro Barrail, Félix Toranzos, Diana Rossi y Daniel Milessi, y Alfredo Jaar tratará de romper los esquemas desde el pabellón chileno con un proyecto, Venezia, Venezia, en el que critica, siempre desde una perspectiva poética, la estructuración de la bienal en pabellones nacionales en el marco de una cultura cada vez más global.

Pabellón de Paraguay

La Exposición Oficial, que podrá contemplarse tanto en el Pabellón italiano como en el Arsenale bajo el título de “El Paraíso Enciclopédico”, destacará este año, como ya su título indica, por su ambición: presentará trabajos de 150 artistas, no todos actuales, y cuenta con piezas de formatos muy variados, desde la escultura a la performance. Entre los representados figuran Richard Serra, Thierry de Cordier, Tino Sehgal, Rudolf Steiner, Paul McCarthy, Cindy Sherman, Bruce Nauman o Walter de María. Paloma Polo, única española incluida en la muestra y artista que cada vez vuela más alto, presenta en la Bienal The Path of Totality, una serie de 79 diapositivas que ya mostró hace tres años en ARCOmadrid y que hacen referencia a las investigaciones astronómicas llevadas a cabo por Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos cuando aún eran potencias coloniales, a fines del s XIX y principios del XX. La obra se produjo en el MUSAC leonés, que este año ha mostrado gran apoyo a nuestra presencia en la Bienal.

Paloma Polo. The Path of Totality

En cuanto a los eventos colaterales que se desarrollan en paralelo a la Bienal y que la enriquecen, este año podemos subrayar la cuidada retrospectiva de Antoni Tàpies que se presenta en el Palazzo Fortuny, la presencia de Harald Szeemann en la Fundación Prada, la exposición de esculturas, pinturas y vídeos de Marc Quinn en la Fondazione Giorgio Cini, la intervención de Cabrita Reis sobre el Palazzo Farlier, y, como no, los dos trabajos que un ausente pero omnipresente Ai Weiwei nos mostrará en la iglesia de Zitelle y en Sant’ Antonin.