Concha García, la travesía del funámbulo

La artista presenta su obra reciente en la Galería Pilar Serra

Concha García. Piedra Roja, 2014
Concha García. Piedra Roja, 2014

La artista santanderina Concha García regresa a la Galería Pilar Serra para mostrarnos un nuevo proyecto en el que se introduce en las esferas de lo privado y lo cotidiano, y en el paso del tiempo por ellas, utilizando y manipulando objetos de uso habitual cuya fragilidad resalta.

Este proyecto, que podemos contemplar en la sala madrileña hasta el 25 de abril, lleva por nombre “La travesía del funámbulo” y tiene como punto de partida un verso del poema de José Ángel Valente Serán ceniza: Cruzo un desierto y su secreta/desolación sin nombre./El corazón/ tiene la sequedad de la piedra/y los estallidos nocturnos/de su materia o de su nada.

La muestra se inicia precisamente con una serie de esculturas de cerámica que semejan ser de piedra, haciendo referencia, a través de la combinación de ese material sensible y de la dureza de su apariencia, a la naturaleza dual del ser humano: su fortaleza y su gragilidad.

El contraste entre su estatismo y su sólida apariencia y la facilidad de romperse propia del barro con que están realizadas acentúa la naturaleza poética de estas piezas, subrayada por sus huellas, marcas que ha dejado el tiempo o un figurado rodar por los caminos. Esas marcas de nuevo equiparan estas obras a la condición humana y a la superposición de recuerdos que componen nuestra memoria.

Refuerzan la referencia a ese camino que ha modificado la apariencia, y que ha dado huellas a estas piedras-cerámicas, una selección de piezas que Concha García ha utilizado en su estudio en los últimos cuatro años: papeles, telas, barro y objetos que en definitiva hablan de vidas y caminos de desarrollo, los de la propia autora y los de los trabajos que nos enseña.

Concha García. La Travesía del Funámbulo, 2014
Concha García. La Travesía del Funámbulo, 2014

Piedra y papel son los materiales protagonistas de “La travesía del funámbulo”; ambos soportes de escritura, uno duro y otro frágil, y ambos también conservadores de marcas que registran la memoria, pero esas piezas se acompañan en Pilar Serra de una pieza audiovisual titulada como la muestra y estructurada en seis capítulos o narraciones cortas en las que asistimos a un relato del proyecto en sí, en el que su proceso de creación se nos explica a modo de narración literaria pero sin más pretensiones que la de favorecer la comprensión del público y su inmersión en este trabajo.

El vídeo nos presenta a unos personajes, funámbulos que podríamos ser cualquiera, deambulando por la naturaleza lineal de un paisaje y con sus cabezas encapsuladas bajo una capa de oro radiante.

Puede ilustrar la concepción de García del funámbulo y de la plasmación de nuestras fortalezas y debilidades y de las huellas del camino seguido en cerámicas que parecen piedras y en papel, puede servirnos este texto de Rafael Argullol: Fausto ha recorrido el camino suficiente como para advertir que su escepticismo está plenamente justificado. En este tiempo, definitivamente demolida la paternal silueta del Dios Artista, ha aprendido a observar con inquietud los infinitos escombros a los que ha sido reducida su obra. También ha aprendido a burlarse de los esfuerzos que, entre tales escombros, ha hecho el hombre para disfrazarse de dios…Fausto es la simulación del hombre moderno, porque, con él, inventa el infierno moderno…a las alturas que se ha visto colocado, al funámbulo ya no le es posible regirse por el bien o el mal… Su única posibilidad de supervivencia es avanzar. Seguir siempre avanzando…El funámbulo cae inevitablemente cuando, en plena travesía, se detiene en un punto determinado de la  cuerda.

Esta exposición conforma la segunda parte del proyecto Sólo el corazón tiene la sequedad de la piedra, en el que la creadora cántabra viene trabajando desde hace cuatro años. Su primera parte, La piel del mar, se presentó en el Museo Patio Herreriano de Valladolid.

Comentarios