Sala 104. Edificio Nouve, planta 1
Las décadas de 1960 y 1970 suponen una transformación radical en los espacios, prácticas y géneros recibidos de las vanguardias históricas.
Esta sección ocupa la sala 104 de la primera planta del Edificio Nouvel
Fuera del marco: acción, teatralidad y poesía
La década de los sesenta supone un desbordamiento general de los cauces tradicionales de la cultura que también afecta radicalmente al arte. Como en las Antopometrías de Yves Klein, el cuerpo y la vida entran en escena inscribiéndose directamente sobre la superficie del lienzo, o reivindicando el sustrato corpóreo y físico de la representación, como hacen los norteamericanos Cy Twombly y Philip Guston.
Yves Klein. Antropometría sin título (ant 56), 1960. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Sala 104: Fuera del marco: acción, teatralidad y poesía. Edificio Nouvel, planta 1. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. MNCARS
El mínimo común de la experiencia
En la abstracción modernista de Barnett Newman y Elsworth Kelly se elimina cualquier huella de significado a la vez que se amplifican los estímulos sensoriales para así lograr una experiencia inmediata y pura, en este caso identificada con la visión. A mediados de los sesenta, un grupo de artistas que vendrían a ser etiquetados como Minimal, transgreden este umbral de visualidad pura para reivindicar la naturaleza física, corpórea y temporal de la experiencia, en este caso la del espectador, y rechazan los medios tradicionales del arte para abrazar los materiales, las tecnologías y los tiempos de la sociedad industrial, concentrarse en una investigación puramente fenomenológica y sensorial de la experiencia.
Sala 104: El mínimo común de la experiencia. Edificio Nouvel, planta 1. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. MNCARS
Con un similar énfasis en la experiencia, pero muy críticos con el purismo minimalista norteamericano, surgirá en Europa un frente de artistas altamente politizados, agrupados en Italia bajo la consigna del Arte Povera. Los italianos Alighiero Boetti y Mario Merz y los catalanes Antoni Tàpies y Antoni Llena trabajan con materiales industriales y cotidianos, pero a diferencia de los minimalistas resuenan en ellos ecos explícitos a la experiencia humana.
Las tensiones del lugar
La galería, el museo y el sistema del arte en su conjunto, aparecen como entornos sofocantes que solo pueden relacionarse con la vida y lo real en términos de alteridad y negación. En los años cercanos a las revueltas estudiantiles del 68 y las protestas por la guerra de Vietnam, proliferan las intervenciones diseñadas para funcionar fuera de los muros del arte, ya sea en la naturaleza como el Land Art o los Earth Works, o en la ciudad, ocupando locales alternativos o directamente en las calles.
Dennis Oppenheim. Directed Seeding-Cancelles Crop, 1969. MNCARS Sala 104: Las tensiones del lugar. Edificio Nouvel, planta 1. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. MNCARS
Los Earth Works de Robert Smithson y Dennis Oppenheim ponen en evidencia la tensión entre el espacio abierto de lo real y la experiencia y el no-lugar de la galería y los circuitos de significación del arte. La relación entre lo natural y lo humano de que nos hablan Siembra dirigida, cosecha anulada de Denis Oppenheim y Spiral Jetty de Robert Smithson, pone radicalmente en cuestión el mito moderno de la explotación, la expansión y el progreso. Gordon Matta Clark, del círculo de los anteriores, elige la calle y la arquitectura como campo de acción. Las intervenciones directas del artista, sus cortes en la estructura arquitectónica, escenifican el lado oscuro de la utopía urbanística moderna, al poner en evidencia las tensiones y la violencia que la ciudad ejerce sobre sus habitantes.
La redefinición de las relaciones del arte con un mundo en rápida transformación no se lleva a cabo de un modo homogéneo siguiendo el patrón norteamericano, sino que se resuelve a través de interpretaciones de la modernidad múltiples dotadas de una intensa especifidad local. Éste es el caso de la vanguardia latinoamericana, encarnada en artistas como la venezolana Gego y las brasileñas Lygia Pape, Lygia Clark y Mira Schendel, que tienen como común denominador su vocación de apertura, tanto conceptual como física, al espacio del espectador y de la vida.
Esta impronta utópica de la modernidad, que cobra una dimensión política especial en Latinoamérica durante las dictaduras militares, también está presente en el contexto de la España del tardofranquismo. El Centro de Cálculo, espacio generado alrededor de los ordenadores que IBM donara a la Universidad Politécnica de Madrid en 1966, se iba a convertir en el insospechado lugar de encuentro de un colectivo polimorfo de ingenieros, arquitectos, artistas y poetas de vanguardia, dispuestos a reflexionar y proyectar a partir de las promesas de modernización que encarna la nueva tecnología computacional.
Imágenes de España
Tras la Segunda Guerra Mundial, la cultura por excelencia es la cultura popular, tal y como se configura, produce y difunde a través de los medios tecnológicos de masas. Los artistas se hacen conscientes de que cualquier acercamiento a la realidad implica necesariamente un trabajo sobre la imagen fotográfica o el cine.
Desde mediados de los sesenta, una nueva generación de artistas proyecta su mirada ácida y altamente politizada sobre la cultura visual de una España que se moderniza a golpe de turismo, emigración y consumismo. Siguiendo la estela de Català Roca, se disemina desde mediados de los cincuenta toda una red de fotógrafos que proyectan una potente mirada crítica sobre una España llena de contradicciones.
Francesc Catalá Roca. Cenicienta en la Gran Vía. Colección del MNCARS. Sala 104: Imágenes de España. Edificio Nouvel, planta 1. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. MNCARS
Imágenes y textos proporcionados por el departamento de prensa del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
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