Medio siglo después de que, junto a Louis Cane, Marc Devade, Daniel Dezeuze, Patrick Saytour y André Valensi, buscara distanciarse de los cánones de la pintura tradicional en cuanto a materiales, soportes y procedimientos expositivos, impulsando el colectivo Supports-Surfaces, Francia homenajea a Claude Viallat, quien fue uno de sus autores pioneros en desplegar abstracciones sobre lienzos deconstruidos, trabajando sobre el suelo, privilegiando los grandes formatos y acercándose a su disciplina sobre todo desde la intuición, dejando a un lado parámetros académicos.
Sobre lonas de carpa, cortinas o tejidos impresos pintó Viallat patrones ejecutados conforme a plantillas en las que introdujo modificaciones sutiles en el tiempo, en cuanto a sus tonalidades y su relleno interior; esos patrones pueden recordarnos por su forma a las tabas, pero no presentan en sí ningún significado concreto y sus colores pueden ser tanto vivos como opacos o transparentes. Otro de sus fetiches fueron los nudos, que consideraba un fabuloso invento anónimo tanto por su función utilitaria como por su cariz simbólico; en todo caso, fue su deseo alcanzar una pérdida de identidad del lienzo como gran contenedor a colgar en la pared: los intervenía, como otros creadores de su generación, aplicando fuego o exponiéndolos a las condiciones climáticas, de modo que no solo fueran difíciles de reconocer como telas pictóricas para el espectador, sino que su propia integridad quedara cuestionada; en ocasiones casi parecen desechables. O a punto de diluirse, convertidos en fantasmas o en paradigmas eliminados de lo que una vez fue.
Por primera vez, la ciudad donde nació y donde vive Viallat desde hace cuatro décadas, Nimes, exhibe una selección importante de su trabajo: en todos los espacios del Carré d’Art, desde su vestíbulo de entrada hasta las dos plantas de exposición, podemos contemplar piezas en muchos casos procedentes de su estudio; una obra a la que él mismo se refiere como “numerosa y en espiral”, diversa en sus materiales, dimensiones y motivos.
Su producción, que en Madrid ha presentado en ocasiones la Galería Rafael Pérez Hernando, nos resulta hoy tan identificable como fruto de una constante evolución, y ha transitado desde la pintura a los objetos, entre la escultura y un ensamblaje fortuito de piezas, muy elegante, pero siempre en un equilibrio precario; la sencillez lúdica de estos últimos trabajos se relaciona de forma clara con los placeres formales que parece querer volcar en sus telas, habitualmente determinadas por los juegos cromáticos.
Los fragmentos tensos e interconectados de sus textiles componen en el Carré una suerte de casa de la pintura que crece en distintas direcciones, con suelo y techo: en un montaje intencionadamente inmersivo, los visitantes pueden desplazarse libremente, integrarse en una conversación ininterrumpida de colores y materiales, habitar un cosmos en el que no hay miedo al ornamento y conviven referencias arcaicas y contemporáneas; podemos considerar que juega Viallat empíricamente con la materia y que los gestos primordiales de sus pinceladas, generando ritmos con sensualidad sutil, remiten a los orígenes prehistóricos de la pintura tanto como a las vanguardias.
En paralelo, como dijimos, la sede en París – Beaubourg de la Galerie Templon acoge “Homage to Colour — Canvases 1966-2023”, un conjunto de diez trabajos clave del autor provenzal datados entre 1966 y este mismo 2023: se trata, en su mayoría, de telas de nuevo multicolores, florales o rayadas, que iluminan el espacio de esta sala con sus tonalidades suaves, del pistacho al terracota pasando por el verde pino, el amarillo limón o el azul ultramar. En sus superficies emerge ese motivo característico de la taba o pequeño hueso que registró Viallat obsesivamente, y dialogarán con algunas creaciones sobre lonas industriales o ropa de hogar, repentinamente transformadas para la visión del público de la mano del gesto del pintor y de su disposición vertical. Los lazos entre unas y otras piezas se revelan de manera tan intuitiva como audaz.
Ha cumplido Viallat, como avanzamos, medio siglo dándole la espalda a los bastidores y contribuyendo a revolucionar el discurso de lo pictórico con una postura en inicio radical, que desafiaba los códigos del volumen y del espacio. Representante de su país en la 43ª Bienal de Venecia, en 1988, continúa prescindiendo del marco para plantear hasta dónde y cuándo la pintura puede seguir siéndolo; cómo alcanzar poder expresivo con materiales heterogéneos y desgastados, con motivos y patrones repetidos.
“Claude Viallat. Et pourtant si…”
Place de la Maison Carrée
Nimes
Del 27 de octubre de 2023 al 3 de marzo de 2024
Claude Viallat. “Homage to Colour — Canvases 1966-2023”
30 rue Beaubourg
París
Del 4 de noviembre al 23 de diciembre de 2023
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