San Borondón, como muchos gallegos conocen, es el nombre de la isla mítica en la que recalaría Brandán el Navegante en su periplo por el Atlántico en busca del llamado Otromundo, y ha dado pie a muchos debates entre quienes creen en su existencia y quienes piensan que aquel fue un viaje simbólico. Su relato, en todo caso, se trenza con la leyenda de Jasconio, un monstruo marino que emerge a la superficie o se oculta según las intenciones de quien lo aviste.
Para su primera exposición individual en la Galería The Goma de Madrid, que puede visitarse hasta el 28 de mayo, Christian García Bello ha partido de esa aventura iniciática para idear otras leyendas en torno a las tradiciones marineras de la costa atlántica en las que se enhebren el pasado, el presente y el futuro; exhibe trabajos, de estética austera, en los que las pieles, la madera, los tejidos o el hueso se relacionan con reminiscencias de las antiguas expediciones marítimas; y la anatomía de sus esculturas, con las geometrías de las embarcaciones o con los órganos que tendría Jasconio.
El relato sin tiempo que articula esta muestra comienza en las costas portuguesas y finaliza en los acantilados de las islas Sisargas, aglutinando las tradiciones irlandesas y gallegas y presentándonos elementos materiales propios de esta geografía y de su historia pesquera. Las esculturas de la serie Bellow, por ejemplo, nacen del empleo de antiguos métodos de fabricación de velas y atuendos marineros, como el teñido con corteza de roble y el encerado con espermaceti de cachalote; contemplaremos, asimismo, rastros cetáceos en Currach, piezas que hacen alusión a las antiguas embarcaciones irlandesas, elaboradas con madera y cubiertas con pieles de animales. En su interior podremos descubrir cordones de algodón, como los que se usaban en la manufactura de redes de pesca, encascados con tintes vegetales para preservar sus fibras y facilitar su camuflaje cuando se lanzasen al mar.
Los propios títulos de algunas obras -y sus etimologías- nos aproximarán, igualmente, a los órganos mitológicos de Jasconio, mientras algunas ferroacetatografías -unas falsas fotografías reveladas mediante una técnica inventada por el artista, inspirada en el suminagashi japonés- nos propondrán imaginar la orografía de San Borondón, descrita por João de Sousa en sus notas, dibujos y grabados como una piel rugosa, como de una arcilla ocre, granítica y pedregrosa. Esos documentos también podrán consultarse en la exposición.
En definitiva, este último proyecto de García Bello navega entre la realidad y la ficción, del mismo modo que las culturas desarrolladas en torno al Atlántico tienen un despliegue tanto terrenal como abierto a lo oculto.
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: