Esta construcción fue realizada por el arquitecto Charles Girault para la Exposición Universal de 1900. El museo está integrado, principalmente, por dos fondos que recorren toda la Antigüedad hasta 1925. Sus fondos han sido divididos entre el arte antiguo y posterior, y el arte francés del siglo XIX, contando en este último caso con obras de artistas tan destacados como: Delacroix, Monet, Pissaro, Sisley, Renoir y Toulouse-Lautrec, entre otros. Sus colecciones albergan piezas de pintura, escultura, artes decorativas, mobiliario, grabados e incluso libros.
El museo, tras cuatro años de renovación a cargo del Estudio francés Chaix et Morel, ha abierto sus puertas en el 2005 una vez subsanadas importantes deficiencias eléctricas y de seguridad que le aquejaban desde años atrás. El edificio cuenta ahora con 2000 m2 para exposiciones temporales y 5000 m2 para la colección permanente, y en sus salas la pintura, la escultura y las artes decorativas conviven sin distinción de género. En sus jardines es posible observar una pensada selección de materiales por parte de Girault, ya que su diversidad y policromías sólo pueden responder a un intencionado diseño. Sin embargo, Chaix et Morel se dieron a la tarea de optizar la utilización de los espacios, de replantear la disposición lumínica natural del edificio y de crear un diseño museográfico que permitira la mejor visualización de las colecciones.