Este museo de arte contemporáneo, que se ha convertido en dinámico centro de actividades culturales en la ciudad de Roma, se compone de dos sedes expositivas. Por un lado, la central, que alberga la colección permanente y las oficinas administrativas, se ubica en un antiguo edificio industrial construido a principios del siglo XX, dividido en seis amplias salas que cuentan con 1.600 metros cuadrados para exhibición, una mediateca, biblioteca, sala de conferencias, laboratorio, librería y bar. La colección es un testimonio del arte italiano realizado en el periodo que va de los años 60 a la actualidad: Tano Festa, Mario Schifano, Titina Maselli, Mimmo Rotella, Mario Ceroli, Pino Pascali, entre un largo etcétera.

Por otro lado, en el MACRO al Mattatoio, localizado en el barrio del Testaccio, en un complejo que se ha convertido en área de experimentación cultural y eventos artísticos, se celebran las exposiciones temporales. Construido entre 1888 y 1891 por
Gioacchino Ersoch, el pabellón del Mattatoio (de 105.000 metros cuadrados) manifiesta el paso del clasicismo arquitectónico a la modernidad, siendo un importante vestigio de la arquitectura industrial de la ciudad. Fue en 2002 cuando dos de las salas del Mattatoio fueron asignadas al MACRO para potenciar el desarrollo y difusión del arte contemporáneo.