Fundado en 1990 como institución sin ánimo de lucro, el KW Institute for Contemporary art está levantado sobre una antigua fábrica edificada entre el siglo XVIII y XIX. Tras la completa reforma que finalizó en 1999, la arquitectura del KW se caracteriza por la convivencia de la antigua construcción barroca con nuevos edificios contemporáneos, como el patio en el que colaboró el artista Dan Graham y que alberga el Café Bravo. Este, dota al edificio histórico de una armoniosa pero fuerte nota contemporánea: está formado por dos cubos de cristal y espejo, con la particularidad de que uno tiene la cubierta de cristal transparente y el otro opaco. La segunda nueva estructura es el denominado “Cubo blanco”, un hall de exhibiciones realizado por el arquitecto Hans Düttmann en otro patio. Los 430 metros cuadrados de esta zona, junto a los tres pisos del edificio antiguo configuran un espacio para exposiciones de 2.000 metros cuadrados.
Desde un primer momento, el KW se concibió como un lugar para la representación, producción y meditación sobre el arte contemporáneo.
No posee una colección propia, sino que promociona la cultura contemporánea internacional referida a la arquitectura, la moda, el teatro, las artes plásticas, el cine, la música, así como la ciencia y la tecnología, y en especial la de los artistas más jóvenes. En su afán por difundir proyectos experimentales, el KW colabora con instituciones de estructura similar como el P.S.1/MOMA de Nueva York.