Su producción ha transitado entre la fotografía, el texto, el audiovisual, la performance, las instalaciones y el vídeo, pero conocemos fundamentalmente a Carrie Mae Weems por sus imágenes dedicadas al estudio de la identidad afroamericana y de la historia de las mujeres, asuntos en los que comenzó a profundizar, sobre todo, desde que en 1978, a sus 25 años, se incorporase como ayudante al estudio de Roy DeCarava y desarrollara un interés especial por los artistas negros. Unos años antes esta autora, nacida en 1953 en Portland y hoy residente en Syracusa, se había formado en foto y diseño en el City College de San Francisco y había viajado a Europa.
Un triple proyecto expositivo, llamado “Un gran giro de lo posible”, le ha traído estos días a Barcelona: la Fundación MAPFRE, Foto Colectania y el MACBA se han unido para mostrar algunos de sus trabajos más relevantes desde los ochenta, en una exhibición que ha comisariado Elvira Dyangani Ose, directora de ese último Museo. Se vertebra en torno a planteamientos tanto cronológicos como conceptuales, atendiendo a su involucración como alter ego o musa en proyectos donde ella misma ejerce de narradora de las historias que desea contar; a su exploración de tradiciones familiares y relaciones personales, desde una perspectiva íntima o colectiva en relación con las jerarquías sociales en África; a su atención al black power y a diversos movimientos antirracistas y también a su compromiso con la no violencia, en la que en estos meses bélicos continúa confiando.
El grueso de la muestra puede verse en el centro KBr, donde el recorrido comienza con una de sus series más tempranas, realizada de hecho para graduarse en 1984: Family Pictures and Stories. Durante más de un lustro tomó decenas de fotos de su familia y de individuos que le eran cercanos con el fin de ofrecer nuevas perspectivas de su propia vida cotidiana e identidad y, por extensión, de las de la comunidad afroamericana. Parecidos propósitos mantuvo en sus siguientes proyectos, datados en la segunda mitad de los ochenta: Ain’t Jokin´ y American Icons critican desde el sarcasmo los chistes aplicados a las personas de color o nos presentan objetos, como saleros, pimenteros o cubiteras, como metáforas de los oficios atribuidos comúnmente, y desde el prejuicio, a las personas negras.
Entre sus conjuntos más emblemáticos se encuentra Colored People, con el que culminó aquella década: son sus protagonistas jóvenes y niños afroamericanos (el futuro), cuyas imágenes tiñó la artista con tonos amarillos, azules y magenta que aluden a las distintas pieles de quienes llamamos genéricamente “negros” y al racismo que de su mayor o menor claridad deriva. Ahondó aún más en este asunto en la posterior From Here I Saw What Happened And I Cried, serie fechada a mediados de los noventa: en ella reflexionaba sobre el uso de los cuerpos de las personas de color con fines científicos y antropológicos desde la antigüedad, esto es, sobre su objetualización. Se inspiró en una treintena de estampas tomadas de daguerrotipos de un archivo decimonónico dedicado a los esclavos de Carolina del Sur; el científico Louis Agassiz las encargó para probar su teoría frenológica, según la cual los negros eran una raza inferior, especímenes.
Con obras como esta, la fotógrafa ha buscado tanto denunciar aquellas creencias que venían a justificar la esclavitud como rendir tributo a quienes perdieron cuerpo, vida o ambos en nombre de supuestas investigaciones científicas.
En otras series es la Historia del Arte la sometida a escrutinio por su afán de divulgar modelos universalistas en los que toda la humanidad pueda identificarse. Framed By Modernism subraya la preeminencia de musas blancas, Not Manet’s Type nos lleva al dormitorio de Weems para mostrar como los relatos historiográficos de la disciplina han tendido a dejar fuera a negros y mujeres y Museums dirige una crítica semejante hacia estas instituciones; en este último trabajo, una musa misteriosa, quizá la propia autora, camina empequeñecida y de espaldas por el British Museum, la Galleria Nazionale D’Arte Moderna o el Philadelphia Museum; también por el Guggenheim bilbaíno.
Hablando de arquitecturas, sus trabajos de principios de los noventa relacionaron ciertas construcciones con la diáspora africana y el tráfico esclavista: en Slave Coast retrató edificios de adobe en Mali, en Sea Islands prestó atención al legado cultural de los gullah, colectivo afroamericano que ha luchado por preservar las huellas de sus orígenes en Georgia y el sur de Carolina, y en Africa: Gems & Jewels se fijó en jóvenes que habitan en esos mismos lugares.
En cuanto a su tratamiento de la violencia, han llegado a KBr series como Constructing History: A Requiem to Mark the Moment, recreación de convulsiones políticas del pasado (Kennedy, Luther King, Malcolm X, Bhutto) y de crímenes de odio recientes; A Case Study Room, que se centra en la violencia padecida por los negros estadounidenses desde un absoluto compromiso ético y All The Boys, que enlaza el estereotipo del joven de color encapuchado con lo ancestral y lo sagrado. Veremos, asimismo, The Push, The Call, The Scream, The Dream, su respuesta a la muerte de John Lewis y una revisión de protestas fundamentales contra el racismo.
Por último, nos esperan en el espacio de la Fundación MAPFRE las propuestas Slow Fade to Black, retratos desenfocados de grandes personalidades negras que llaman nuestra atención sobre la disolución de su recuerdo; Blue Notes, imágenes, igualmente, de individuos negros ligados a la cultura popular, vandalizadas para hacer hincapié en su borrado en la memoria colectiva y, por último, Roaming, en la que Weems se valió de su propio cuerpo en un peregrinaje contemplativo por Roma. Ejerciendo como testigo y guía, su pequeñez frente a los grandes monumentos evoca cómo la arquitectura es, en ocasiones, un ingrediente más del control sobre los individuos.
Por su parte, la Fundación Foto Colectania acoge las series The Kitchen Table y And 22 Million Very Tired and Very Angry People. La primera consta de una veintena de imágenes y de catorce paneles escritos, testimonio de performances escenificadas de la autora como eje de varias escenas y relaciones cotidianas; la segunda, en esa misma senda de observación de lo autobiográfico y narrativo desde la cercanía y el humor, concede protagonismo a las clases desfavorecidas y quiere suponer un llamamiento a la acción colectiva.
El MACBA se suma a este proyecto con una videoinstalación en su Capella: Lincoln, Lonnie, and Me -A Story in 5 Parts nos ofrece figuras fantasmagóricas a nuestra escala y analiza cómo se levantan las narraciones históricas y se revisan las tragedias pasadas.
Carrie Mae Weems. “Un gran giro de lo posible”
Del 6 de octubre de 2022 al 15 de enero de 2023
Avenida Litoral, 30
Barcelona
Passeig de Picasso, 14
Barcelona
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