Carlos IV, mecenas y coleccionista

Entendido en pintura y música, se sirvió de las mismas como instrumento de representación de su poder y boato y la etapa en la que ocupó el trono en nuestro país (1788-1808) se convirtió en una de las de mayor desarrollo y esplendor del arte español en la Edad Moderna. Las 171 piezas que componen esta exposición dan fe de ello: 118 de ellas proceden de los fondos de Patrimonio Nacional y el resto han sido cedidas por otras instituciones españolas e internacionales, destacando entre ellas el Museo del Prado, la Biblioteca Nacional, el Museo Arqueológico, la Real Academia de la Historia, el Palazzo Reale di Caserta y la Galleria Nazionale de Parma. Se trata de esculturas, pinturas, muebles, libros, estampas, sedas, dibujos, tapices, porcelana o marfiles que dan fe del buen gusto e inquietudes creativas del rey, formado en Nápoles y España, amante de la Antigüedad clásica pero conocedor de las novedades que surgían en Francia y mecenas de proyectos como las Casitas de El Escorial, El Pardo o Aranjuez, recientemente restauradas, de algunas de las obras más conocidas de Goya, su mejor retratista y de la decoración de los Salones Gasparini del propio Palacio Real, que impulsará la actividad de sus talleres.

Giovanni Paolo Panini. Galería del Cardenal Silvio Valenti Gonzaga, 1761
El Escorial, Casa de campo del Príncipe. Patrimonio Nacional

Atendiendo a un recorrido cronológico, podrán contemplarse en la exposición retratos de Carlos III y María Amalia de Sajonia, padres de Carlos IV y sus antecesores en el trono, a cargo de Maella y Mengs; óleos de Bayeu y bronces de Valladier que hacen referencia a la etapa de Carlos como Príncipe de Asturias; piezas alusivas a la religiosidad del monarca, como altares, bronces y el Oratorio Portátil que realizó para él el suegro de Goya, o documentos y planos que aluden a la construcción del Palacio del Pardo junto a tapices del genio aragonés que decoraron sus estancias. Así mismo se exhibirán los diseños, elaborados entre otros por Jean Demosthène Dogourc, para las Casas de Campo del Príncipe en El Escorial y el mismo Pardo, o sus colecciones de pintura, entre las que cabe destacar piezas como el Políptico de Isabel la Católica de Juan de Flandes o El martirio de San Andrés de Murillo. A continuación se analizará la presencia francesa en las obras suntuarias y propias de las artes decorativas que poseyó el rey, a través de trabajos de Thomire, Camilla Pernon, Godon o Forrestier, y la relevancia de la cultura anticuaria y el amor a los clásicos, que se convirtió en potente tendencia en la época y que se hizo muy presente en las colecciones de Carlos IV de la mano de libros y porcelanas de temática mitológica o pompeyana.

Jean-Démosthène Dugourc. Alzado de la pared este de una Galería etrusca para la Casa de campo del Príncipe en El Escorial, 1786. Palacio Real de Madrid. Patrimonio Nacional

Finalmente, retratos de Maella, Goya y Agustín Esteve dedicados al monarca y su esposa, María Luisa de Palma, permitirán estudiar el uso por parte de la realeza de la iconografía y el arte para transmitir una determinada imagen como gobernantes y pondrán punto final a la muestra piezas de mobiliario procedentes de las casas de recreo del rey, bocetos de Francisco de Goya en torno a su proyecto para la cúpula de San Antonio de la Florida y diversas piezas textiles.

Coincidiendo con la celebración de esta exposición, que quedará completada con otra que se celebrará en otoño y que llevará por título “Colección de bronces de Carlos IV”, se ha editado un catálogo con textos de los comisarios que será a partir de ahora también catálogo permanente de los fondos de Patrimonio Nacional. Así mismo tendrán lugar sendos ciclos de conferencias en torno a las facetas de mecenas y coleccionista del rey en primavera y otoño y visitas guiadas a las Casitas del Labrador y del Príncipe en El Pardo.

Los comisarios de la muestra Carlos IV. Mecenas y coleccionista: Javier Jordán de Urries y José Luis Sancho. Carlos IV. Mecenas y coleccionista.