Miguel Zugaza
Los estudios al óleo realizados en sus salidas al campo son una de las grandes aportaciones de Carlos de Haes a la pintura española de paisaje; apuntes al aire libre, pintados del natural en una sola sesión de una o dos horas, y que el artista conservó a lo largo de toda su vida.
Estas pequeñas tablas, del formato del maletín portátil que utilizaba a modo de atril, reflejan el Haes íntimo, directo, dónde la observación aguda de la naturaleza se transmite a través de empastes enérgicos y exquisitos matices que muestran en toda su quietud y grandiosidad la luz invernal de las playas del norte.
Carlos de Haes, Playa de Lequeitio. Atalaya, ca. 1872
Carlos de Haes, Rocas de Santa Catalina (Lequeitio), ca. 1872
Carlos de Haes, Rompientes (Lequeitio), ca. 1872