El centro cambiará su nombre, tendrá nuevo director y reestructurará sus colecciones
El pasado 26 de mayo, José Jiménez, director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y Rubí Sanz, actual directora del Museo Arqueológico Nacional, presentaron en rueda de prensa las líneas maestras que marcarán la nueva etapa que comienza dicho museo, que en adelante cambiará su nombre por el de Museo Nacional de Arqueología.
MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL
C/ Serrano, 13
Madrid (España)
Jiménez y Sanz anunciaron la creación de un nuevo Patronato que lo dirigirá y la convocatoria de un concurso por el que quedará elegido, el próximo mes de septiembre, el nuevo director del MNA. Jiménez subrayó, por otro lado, la necesidad de delimitar el ámbito temporal, geográfico, temático y conceptual de las colecciones del centro, afirmando que no es posible desarrollar un hilo conductor adecuado más allá de la Baja Edad Media y que, por esa razón, las colecciones de época moderna no tendrán cabida en los fondos permanentes del MNA. Las piezas posteriores al reinado de los Reyes Católicos podrían, de ese modo, ser trasladadas al Museo Nacional de Artes Decorativas o al Museo del Traje. Estas medidas, junto a la ausencia aún de Plan Museológico para el nuevo MNA, han provocado las críticas de las Reales Academias de Bellas Artes y de la Historia, de la Asociación de Amigos del Museo Arqueológico, de miembros de su actual Patronato y de algunos arqueólogos. Según informaciones publicadas el domingo en ABC, varios de ellos denuncian que las nuevas medidas se adoptaron sin consensuarse previamente con el Patronato y los conservadores del museo y que, de llevarse finalmente a la práctica, supondrán la dispersión de cerca de 600.000 piezas, aproximadamente la mitad de las que actualmente atesora el centro. José María Luzón, anterior director del mismo, ha criticado la gran transformación que va a sufrir el museo y la separación de las obras de su origen y contexto o la disgregación de colecciones privadas que la reforma del Ministerio supondrá en ausencia de plan estratégico previo, según su opinión. Por su parte, Ricardo Olmos, director de la Escuela Española de Historia y Arqueología de Roma, aboga por el consenso, el debate pausado y la creación de un nuevo discurso expositivo que no suponga la disgregación de una colección formada a lo largo de 150 años.
Museo Arqueológico Nacional
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