Buscando la cuarta dimensión

Hasta el 29 de septiembre, interviene en el espacio de la sala 315 del Centre Pompidou para convertirla en un lugar aparentemente sin límites. La artista pone a prueba nuestra capacidad de percepción a través de un original juego de dimensiones, perspectivas y reducción de escalas que llevan nuestra mirada al infinito. Un gran grillo negro y metálico nos recibe en el centro de la sala, en cuyas paredes se muestran dibujos inéditos de Trouvé pertenecientes a la serie Remanence, obras negras sobre fondos negros inspiradas en las formas de las minas de plomo que generan nuevos ángulos de visión. Esculturas en bronce desafían las leyes de la física y una cuerda dibuja en el aire un arco de dos metros de alto. El resultado de esta instalación es la creación de todo un mundo paralelo que se despliega ante nuestros ojos con sus intersticios, intervalos y transmutaciones. El título de la muestra, “Cuatro entre tres y dos”, acentúa el objetivo fundamental que la creadora pretende con la creación de este submundo: la búsqueda de una cuarta dimensión intermedia y temporal, situada entre las tres dimensiones de las esculturas y las dos de los dibujos. La medida del tiempo se convierte también en parte de la obra y hace referencia a la duración de la exposición, gracias al movimiento continuo de un sable negro por los muros del espacio 315, a modo de aguja de un reloj, que simboliza el paso inevitable de los días.

Tatiana Trouvé
Polder, 2005