Burgués, pacífico, inquietante: Glenn Sorensen vuelve a la Annet Gelink Gallery

La sala muestra diez nuevas pinturas del artista australiano

El título de sexta muestra de Glenn Sorensen en la Galería Annet Gelink de Ámsterdam, “The Fly, the Dahlia and the Picket Fence”, (la mosca, la dalia, la valla) podría remitirnos fácilmente a una película de David Lynch; son objetos que pueden asociarse a una pacífica vida cotidiana burguesa, pero que, en manos de este artista australiano, no nos conducen al sosiego de la monotonía sino al suspense.

Sorensen pinta sujetos de su entorno familiar: sus hijos, sus flores, sus plantas, un jardín, la caratula de un CD, la puerta de la casa de sus vecinos…pero en esa aparente normalidad que intencionadamente parece (y sólo parece) dominar la atmósfera de sus trabajos, se deslizan serpientes: las pesadillas surgen en la quietud del sueño, y en estas obras también brota un subconsciente que avisa de un peligro inminente a modo de fiera oculta dispuesta a atacar.

Las pinturas expuestas en Annet Gelink pueden definirse más como estudios de momentos, de ambientes, de emociones, que como meros retratos o paisajes. En ocasiones emplea una paleta cromática restringida, muy habitual en el resto de su producción; otras veces, se rinde ante el blanco y el negro y convierte al vacío en protagonista.

La paz, la supuesta inactividad, que parece nacer de estas obras evita que el espectador pueda llegar a conclusiones inequívocas sobre ellas. Sus historias no tienen principio ni fin y, pese a su detallismo, ocultan más de lo que muestran.

Sorensen estudió en la Academia de Bellas Artes de Helsinki y en el City Art Institute de Sidney y su producción forma parte de las colecciones del MoMA o el Moderna Museet.