La Kunsthal Rotterdam dedica una retrospectiva al fotógrafo que documentó la vida urbana europea en los inicios del siglo pasado
En colaboración con el Rijksmuseum de Ámsterdam, la Kunsthal Rotterdam presenta, hasta el próximo 16 de septiembre, una amplia retrospectiva dedicada a uno de los más brillantes fotógrafos holandeses, nacido además en esta última ciudad, George Hendrik Breitner.
Conocido como excéntrico autor de imágenes de paisajes urbanos, desnudos y naturalezas muertas, registró la vida cotidiana de Ámsterdam, París, Berlín y otras ciudades europeas hacia 1900 desde un estilo muy personal y moderno. Sus instantáneas, de aire espontáneo e informal, eran menos estáticas que las realizadas por los fotógrafos profesionales de su tiempo, incluso cuando Breitner retrataba estampas familiares, pues se desviaba de las prácticas habituales y experimentaba con la tecnología desde enfoques muy innovadores entonces: optaba por perspectivas muy altas o muy bajas, trababa con filtros lumínicos variados o utilizaba imágenes deliberadamente borrosas para subrayar la vitalidad de las grandes ciudades de comienzos del s XX.
Breitner comenzó su carrera como fotógrafo en 1889 tras alcanzar fama como pintor (dos de sus telas se encuentran en el Museo de Orsay en París y otras en Ámsterdam, tanto en el Rijksmuseum como en el Stedelijk, y se dice que sus trabajos influyeron en Van Gogh y Mondrian) y fue uno de los pioneros de este medio en explorar el potencial que ofrecían las cámaras de mano, de reciente aparición en esos años. La vida en la calle, los transeúntes comunes, los trabajadores y las empleadas domésticas fueron los protagonistas de su producción y a través de ellos documentó en dinámico y cambiante ritmo de las urbes donde residió.