Y mi viento jamás sopló. Lo último de Amaya Bozal

altAmaya Bozal. Sturm und Drang,  2011

La artista presenta su segunda exposición en la galería Rayuela

Madrid, 10/11/2011

“Amaya Bozal. Y mi viento jamás sopló

GALERÍA RAYUELA
c/ Claudio Coello, 19
28001 Madrid

Del 10 de noviembre de 2011 al 31 de diciembre de 2012

Amaya Bozal presenta sus trabajos más recientes en la galería Rayuela de Madrid. El tema escogido por la artista en esta nueva etapa de su producción, las nubes, ha dado lugar a sugerentes obras en las que lo físico se mezcla con lo azaroso. En ellas la pintora trata de representar una visión muy personal de este fenómeno meteorológico, en función de su propio estado de ánimo y de sus sensaciones, descartando lo superfluo para plasmar aquello en lo que realmente encuentra su inspiración.  Fue hace unos años, a raíz de instalar su estudio en la sierra madrileña, cuando comenzó a interesarse por las nubes. Por aquellas que pasan suavemente dejándose llevar por el viento, así como por las que son capaces de desencadenar una fuerte tormenta, pero en ambos casos teñidas siempre por la magia de la luz en los distintos momentos del día y de las estaciones, aunque luego, delante de cada pintura, no seamos capaces de identificar ninguno de esos momentos. Este es, precisamente, el juego de la abstracción en el que la artista trata de envolvernos y en el que los colores surgen de una creación profundamente evocadora.

La artista reconoce en esta etapa la influencia de William Blake, en particular de uno de sus poemas, “I fear the fury of my wind”, uno de cuyos versos da título a la muestra, denominada “Y mi viento jamás soplo”.

Destacan por su belleza las obras en papel, que, curiosamente, consiguen llamar la atención más allá de los lienzos de mediano y gran tamaño presentes en la muestra. En aquellas, los delicados reflejos plateados evitan que nos precipitemos sobre el  fondo azul intenso, haciéndonos flotar sobre un juego de superficies. En la mayor parte de las obras escogidas para la exposición, podría decirse que la cantidad de materia sobre la superficie es la justa, resultando obras intensas pero equilibradas; curiosamente, densas y ligeras al mismo tiempo. Aunque la sala está dominada por las obras azules, tres pinturas en tonos rojos reclaman su protagonismo al fondo de la galería: El otoño que no llegó, Como si el otoño llega y Otoño.

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Amaya Bozal. Dos obras de la serie nubes. Tec. mixta/papel,  2011

Amaya Bozal cambia así de rumbo en su temática, alejándose de las cabezas femeninas a las que había dedicado una parte importante de su trabajo anterior y sale del interior del estudio para dejarse llevar por motivos inspirados en y por la naturaleza.


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