Bisky. Otra forma de afrontar la crisis

El artista alemán nos ofrece un original planteamiento sobre la situación actual en la galería Espacio Mínimo de Madrid

A lo largo de toda la Historia del Arte nos encontramos ante visiones apocalípticas del fin del mundo, ante escenificaciones de situaciones críticas en las que la caída de la humanidad se representa a través de imágenes relacionadas con la sexualidad; casi siempre de forma pervertida y lujuriosa.

Madrid, 20/02/09

GALERÍA ESPACIO MÍNIMO

C/ Doctor Fourquet, 17
Madrid (España)

Así podemos registrarlo desde el Renacimiento, e incluso antes, en obras de creadores como Luca Signorelli; y así es también el punto de vista que Norbert Bisky (Leizpig, 1970) nos ofrece sobre la situación actual en sus últimos trabajos, que estos días podrán contemplarse en la Galería Espacio Mínimo de Madrid, dentro de una exposición individual del artista alemán que lleva por título “Nefasto máximo”. Bisky es uno de los jóvenes artistas alemanes que más están despuntando en el panorama internacional, no es la primera que exhibe su obra en España, ya participó en la exposición colectiva que la Galería Espacio Mínimo inauguró el año pasado para conmemorar sus quince años de andadura; asimismo, sus piezas ya han podido verse en otras muestras organizadas por museos tan importantes como el MoMA de Nueva York o la Martin-Gropius-Bau de Berlín. En cuanto a su peculiar trabajo, podemos decir que puede definirse como muy directo, realista y con una estética cercana al universo del cómic; destacando por sus vivos colores y sus composiciones, casi barrocas, en las que encontramos forzados escorzos, perspectivas insólitas y un gran efectismo; recursos de los que Bisky se sirve para plantearnos, desde la ironía y el humor, cuestiones acerca de si existe una relación entre nuestra “orgiástica cultura urbana” y la situación económica en que nos encontramos, o entre la sexualidad liberal de la que hacemos gala y el creciente calentamiento global. Con estas obras el alemán nos invita a purificarnos, a entrar en catarsis, y por su parte espera que el espectador que viste la muestra salga de ella con una gran sonrisa en los labios y, por supuesto, lleno de optimismo.

Norbert Bisky

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