Francisco Calvo Serraller
Harald Szeemann comisario de la 49º Bienal de Venecia, edición cargada de elementos simbólicos conmemorativos por ser la primera del siglo y del milenio, ha conseguido plantear una tesis nítida y un desarrollo coherente, a pesar de que en un principio el título “Platea de la Humanidad” sonara retórico y ambiguo.
A través del hilo conductor de lo existencial, Szeemann, hace un recorrido por los grandes temas: la angustia, la soledad, el dolor, el amor o la muerte, optando por el modelo de Beuys, trascendente, simbólico y romántico, frente al de Warhol, irónico y populista, o lo que es lo mismo, restituye el derecho al “significado” de la obra y presenta una visión de la vanguardia más “europea”, dando la espalda a lo que nos llega del mercado neoyorquino, lo escatológico-abyecto, lo políticamente correcto o los juegos ironistas post-pop. Además, ha conseguido transmitir esos grandes temas universales, sometiéndonos a una constante e implacable interrogación existencial, utilizando con profusión los nuevos soportes y lenguajes tecnológicos, el video, las proyecciones o el cine, y logrando que el espectador perciba en su deambular un ritmo dramático, fluido y fascinante al que indudablemente contribuye lo bien dosificado de la presencia generacional desde Beuys hasta Gregor Schneider.
Ilya y Emilia Kabakov
Not everyone will be taken into the future, 2001
Do-hu Suh
Floor, 1997-2000
Ernesto Neto
Cosmovos, 2001