El hispanista galo Bartolomé Bennassar se asoma a la infancía y juventud de Velázquez en la biografía “Velázquez. Vida”, publicada por Cátedra. Combinando abundante documentación y buen pulso narrativo, Bennassar propone hipótesis sobre la infancia y juventud del pintor en la Sevilla del siglo XVII, desde su bautizo hasta su marcha definitiva a Madrid, con 24 años.
Posteriormente, Bennassar plantea el asunto de su educación del niño y su paso o no por una escuela, que de producirse habría sido probablemente el colegio de los jesuitas de San Hermenegildo. El autor cree poco probable que así sucediera y, a lo sumo, el niño sólo estudió allí un año.
El autor de “Velázquez. Vida” también aborda su temprana vocación por la pintura y su formación junto a Palomino y Francisco Pacheco.
La casa y el taller de Pacheco –”la cárcel dorada del arte, academia y escuela de los mejores espíritus de Sevilla”, según Antonio Palomino– fueron “el lugar privilegiado de la formación intelectual de Velázquez”. Bennassar subraya la relevancia de esta elección a las claras en su biografía: “Fue sin duda el mejor maestro que podía esperar (…) Pacheco le enseñó las técnicas y los recursos que debía conocer y le dejó plena libertad para seguir su camino”.
En este punto, Bennassar sitúa la primera obra de Velázquez en el lienzo Cristo servido por los ángeles en el desierto, que Pacheco pintó para el convento de San Clemente de Sevilla.
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