Tras estudiar en la Academia de Artes de Praga, se trasladó a su ciudad natal de Kyjov, donde abandonó la pintura para dedicarse por completo a la fotografía y se distanció de los circuitos comerciales del arte para, desde un frontal rechazo al consumismo, elaborar manualmente sus propias cámaras con materiales de desecho y retratar a las mujeres de su comarca o a las propias cámaras que utilizaba en instantáneas imprecisas y borrosas de resonancias poéticas y oníricas que hablan de su vocación pictórica inicial. Sus imágenes presentan inusuales cualidades formales e ignoran las reglas convencionales de la fotografía. Perseguido por el régimen comunista checo, que le consideraba un rebelde irredento y peligroso, fue recluido en instituciones mentales y prisiones en diversas ocasiones. Su obra se ha mostrado en los últimos años en el Centro Georges Pompidou, Kunsthaus Zürich, el Museo de Arte Moderno de Frankfurt y la librería madrileña Ivory Press Art + Books.