El germen del grupo surge de la colaboración de Dagoberto y Alexandre en un proyecto destinado a la rehabilitación de La Habana Vieja y en el que trabajan como ebanistas y carpinteros. Dicho proyecto es seguido a su vez muy de cerca por Marcos Castillo, que se encarga de la parte fotográfica y documental. Como creadores, reivindican la importancia de lo artesanal y de la cultura popular y luchan por romper los límites entre alta y baja cultura. Su actividad artística coincide con la redefinición de estrategias que experimenta el arte cubano en los años 90, tras el éxodo de intelectuales acontecido entre 1989 y 1991. Se dan a conocer en la V Bienal de La Habana de 1994 y a partir de ese momento su obra comienza a ser valorada internacionalmente, sobre todo a partir de su participación el Lüdwig Forum für Internationale Kunst, en Aquisgrán, Alemania; en el New Museum de Nueva York y en uno de los show rooms de la feria Arco, Madrid.