Estudió en la Rietveld Academie de Ámsterdam. Su carrera artística comienza en 1991 con un Autorretrato en la piscina. Desde comienzos de los años noventa, se ha dedicado a retratar a individuos que viven en situación de cambio, de desplazamiento temporal o definitivo que transforma su identidad. Sus fotografías en color son retratos en los que los modelos posan en un espacio neutro desprovisto de cualquier carga social, política o cultural resultando imágenes sobrias y de una composición clasicista. Normalmente, los personajes retratados están en un estado de distracción o fatiga en los que se muestran tal cual son con la parte inherente de fragilidad que caracteriza al ser humano. De esta manera, Dijkstra consigue crear una profunda carga psicológica de una gran fuerza y emoción que descoloca al espectador por la aparente frialdad y la extraña armonía de sus imágenes. Algunos de sus protagonistas son: refugiados de guerra, soldados, madres con bebés recién nacidos o adolescentes. En su obra, se han buscado referentes en otros fotógrafos como Diane Arbus o August Sander. Además de realizar series fotográficas, Dijkstra también ha realizado algún vídeo. En 2005, Caixaforum de Barcelona le dedicó la exposición “Rineke Dijkstra. Retratos”.