Sus primeros pasos los da en el terreno de la pintura y el dibujo para evolucionar después hacia el arte conceptual , llegando a convertirse en uno de los principales representantes de este movimiento en Holanda, junto con Jan Dibbets y Ger van Elk. La valoración del concepto de la obra de arte al mismo nivel o incluso por encima de su plasmación física, así como la alta consideración del material que interviene en el proceso de elaboración de dicha obra: dibujos, mapas, planos, fórmulas matemáticas, fotografías… son premisas que comparte con el arte conceptual. Su revolucionario concepto de la escultura desafía las categorías tradicionales de unicidad o durabilidad e indaga en conceptos como la inmaterialidad o lo efímero. Este deseo de desmaterializar el arte le llevará a emplear materiales como el humo, el sonido, el aire, la gravedad, el tiempo o la luz. La idea de considerar la totalidad del universo como terreno de acción artística le acerca a las propuestas del land art . Una de las acciones que mejor ilustran su pensamiento estético la lleva a cabo en 1969 al escribir su nombre sobre el cielo de Ámsterdam con el humo de un avión. En 1979 presenta en la Vleeshal de Middelburg una obra sobre el mito de Ícaro, L´uomo volante, en la que se resume la doble vertiente de su universo: el impulso hacia lo inmaterial y la necesidad de regresar a la materia. En los ochenta trabaja sobre la catedral gótica de Reims dando lugar a proyectos como la Catedral verde (1978-87), en el que sustituye los pilares por árboles y la nervaduras de la cubierta por caminos de cemento. Desde 1975 impulsa el Podio del Mondo per l Arte en la ciudad de Middleburg con el objeto de reunir a artistas preocupados sobre el motivo común del espacio.