Álvarez Cubero, José
Priego (Córdoba), 1768 – Madrid, 1827 Escultor español.
Su formación se inicia en Córdoba y Granada donde aprende el oficio de marmolista. En 1794 ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de Madrid, obteniendo en 1799 un primer premio que le permite viajar como pensionado a París y Roma. En París se inscribe en la Escuela de Bellas Artes, entablando amistad con el escultor Pajou, consiguiendo en 1804 una medalla de oro. En 1805 marcha a Roma donde sufre las consecuencias del rechazo napoleónico, es encarcelado en el Castel Sant´Angelo, para ser liberado por mediación de su amigo Antonio Cánova, iniciando entonces una prolífica carrera escultórica. Nombrado escultor de cámara en 1816, gracias a la intercesión del rey exiliado Carlos IV, realiza entre los años 20 y 30 del siglo sus mejores obras, casi siempre por encargo de la nobleza o la casa real española. Su obra más ambiciosa es La defensa de Zaragoza, Museo del Prado, Casón del Buen Retiro, obra en la que conmemora los sucesos que tienen lugar en la ciudad durante la Guerra de la Independencia; pieza clave del neoclasicismo, en ella se produce una síntesis entre las formas antiguas, que universalizan el episodio, y el acontecimiento heroico contemporáneo. A lo largo de su carrera realiza numerosos retratos, bustos y estatuas sedentes, en los que se observa la perfecta asimilación del estilo de Cánova. En 1826 regresa a España, y es nombrado director honorario y teniente de escultura de la Real Academia de San Fernando. Figura central de la estética neoclásica, su obra y su magisterio en Roma ejercen una importante influencia entre los escultores de generaciones posteriores, entre ellos su hijo José Álvarez Bouquel y Ponciano Ponzano. Su obra se encuentra representada en el Museo del Prado y en la Real Academia de San Fernando de Madrid.