Arquitecturas pintadas

El Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid estudian la presencia de escenarios arquitectónicos en la pintura entre los siglos XIV y XVIII

Del 18 de octubre de 2011 al 22 de enero de 2012, en el Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid. Comisarios: Delfín Rodríguez y Mar Borobia. Obras: 144

 

 

La presencia de arquitecturas y ciudades en la pintura, bien como tema principal de las obras o como fondo en la representación de escenas, y la evolución de dichas representaciones en la Europa mediterránea y nórdica entre los siglos XIV y XVIII protagoniza “Arquitecturas pintadas”, muestra que desde mañana presentan conjuntamente Museo Thyssen-Bornemisza y Fundación Caja Madrid y que contará con 144 obras realizadas, entre otros, por Duccio, Claudio de Lorena, Canaletto, Panini, Tintoretto, Gaspar van Wittel, Hubert Robert, Piranesi, Maerten van Heemskerck o de Vries y cedidas por colecciones privadas y públicas de todo el mundo, entre ellas las de los Museos Vaticanos, la National Gallery of Art de Washington, el Museo del Prado, Patrimonio Nacional y los Uffizi.

 

 

La elección de incorporar arquitectura a las escenas no nace nunca del azar y tiene múltiples implicaciones, pues condiciona la posición y el movimiento de las figuras, su establecimiento en espacios históricos, míticos o imaginarios y puede conllevar la presentación de ambiciosos proyectos urbanísticos más vinculados a la imaginación que a la realidad.

 

 

Objetivas sólo en apariencia, las ciudades, ruinas, construcciones efímeras o proyecciones urbanísticas presentes en la pintura esconden sin embargo múltiples símbolos, mensajes propagandísticos de índole religiosa o política o incluso recuerdos de significado, a veces difícil, a veces inalcanzable para el espectador, lo que convierte estas arquitecturas en sumamente atractivas.

 

          

 

El género de la pintura de arquitecturas logró independizarse como género en el siglo XVIII, tras incrementarse el número de artistas especializados en el mismo que atendían encargos de las jerarquías políticas, intelectuales o religiosas. En ocasiones, las construcciones que representaban se inspiraban en narraciones de viajeros, en textos profanos o religiosos y en edificios contemporáneos al pintor que los realizó.

 

 

La unión de los lenguajes pictórico y arquitectónico género tensiones, pues las arquitecturas pintadas tuvieron que atender tanto a las teorías de la representación pictórica (perspectiva, etc) como a las propias de la arquitectura; pero, en el fondo, ambos ámbitos tienen mucho en común: pintar arquitecturas es una forma de proyectarlas y construirlas es un modo de pintar el mundo.

 

 

“Arquitecturas pintadas” se articula en torno a criterios temáticos y cronológicos: en el Museo Thyssen podremos ver trabajos fechados entre los siglos XIV y XVII, etapa en que la pintura de arquitecturas tenía consideración de género menos y en la Fundación Caja Madrid podremos contemplar trabajos datados en el siglo XVIII, el siglo por excelencia de los vedutistas y de los pintores de las ruinas, los caprichos… Las diez secciones en las que se estructura la muestra nos hablan ya de la evolución de estas obras y de su consideración social: “La arquitectura como escenario”, “Perspectiva y espacio”, “La ciudad histórica: memoria y ruinas”, “La ciudad ideal”, “Arquitecturas y ciudades legendarias”, “Arquitecturas imaginarias y fantásticas”, “La Antigüedad como paisaje”, “La ciudad moderna como metáfora del poder”, “Las ciudades del Grand Tour”, “La imagen de la ciudad y la arquitectura en Europa”, “Caprichos arquitectónicos”, “La poética de las ruinas” y “La ruina y la memoria como proyectos”.

 

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