Árbol caído

Se trata de una intervención que pretende servir de homenaje al haya centenaria del jardín del museo, árbol de gran interés no sólo botánico, también sentimental e histórico, ya que fue plantada allí por el propio Lázaro Galdiano. El artista plantea trasladar al cristal del escaparate de la tienda de la fundación, con mucho cuidado, el fragmento del árbol que actualmente podemos ver desde ese punto, creando una “visión-fantasma”. A continuación, talará el ejemplar y orientará un foco luminoso hacia el torreón del edificio para intentar emular en negativo la sombra que el haya proyectaría al atardecer y que ésta adquiera la apariencia de una figura de luz. La intervención se completa con la plantación de un nuevo árbol de la misma especie en el lugar del antiguo. Todo ello ocurrirá en los jardines de la Fundación Lázaro Galdiano, pero en su interior se exhibirán dos libros elaborados por Miguel Ángel Blanco en los que aparecen fotografías modificadas del haya, así como una caja que contendrá hojas y fragmentos de su corteza que aluden al poder de los árboles caídos y a toda la literatura de carácter legendario o histórico que ha girado en torno a ellos. El creador madrileño, nacido en 1958, ha dedicado su obra a la exaltación del valor de la naturaleza y la razón de ser de su último proyecto es su idea de árbol como eje firme de la vida material y espiritual de numerosas culturas y como una gran fuente de conocimientos para quien sabe extraerlos de su tronco y raíces. En 1985 inició su Biblioteca del bosque, colección compuesta por más de mil libros-caja en los que vuelca también experiencias personales.

Miguel Ángel Blanco
Libro nº 790 La salvación del Pinar del Rey I, 2000