Antonio Guerra y José Quintanilla obtienen el Premio Ankaria Photo

El fotógrafo zamorano Antonio Guerra ha resultado ganador de la cuarta edición del Premio Internacional Ankaria Photo, por su proyecto Elevar la tierra, desaparecer. Se trata de un trabajo a medio camino entre la fotografía, la escultura y la instalación y centrado en los paisajes transformados por la minería en Fabero (León) y Riotinto (Huelva), que el artista contempla como un laboratorio de imágenes y memorias.

Consta esa propuesta de piezas que reutilizan materiales de desecho -cartuchos de tinta, lodos mineros, pigmentos y líquidos de balsas de residuos- para alumbrar nuevos paisajes visuales en los que la naturaleza y la tecnología se entrelazan.

Interesan a Guerra la fragilidad de los territorios posmineros, la tensión entre destrucción y regeneración y las opciones del arte para revelar otros futuros posibles. Técnicas como el Ochralumen -papeles fotosensibles expuestos en antiguos pozos mineros convertidos en cámaras oscuras naturales- o el deterioro deliberado de fotografías con residuos industriales le sirven para vertebrar un imaginario que invita a mirar de otro modo aquello que hemos dado por perdido.

Antonio Guerra. Elevar la tierra, desaparecer
Antonio Guerra. Elevar la tierra, desaparecer

El segundo premio del certamen ha sido para el murciano José Quintanilla, por su trabajo Giverny. Impression, soleil levant, que se inspira en la obra de Monet y en los jardines de aquel enclave que llevó a sus lienzos. Quintanilla propone un retorno al impresionismo desde la fotografía del siglo XXI y una invitación a cuestionar la naturaleza de la imagen en un mundo saturado de ellas, incidiendo en cómo la luz y el color pueden transformar nuestra percepción. Una percepción que no consiste en ver lo real, sino en interpretarlo. Entiende el de Yecla que la foto, que en su origen impulsó una reinvención de la pintura, hoy puede acercarse de nuevo a ella de la mano de las técnicas de impresión digital.

Trabaja con cámara analógica de medio formato y después digitaliza sus negativos, dando prioridad al juego de luces y colores sobre las formas. Elimina el negro y se centra en los colores primarios y complementarios, tal y como hacían los impresionistas, para convertir sus imágenes en impresiones que parecen pinturas. El resultado son grandes piezas en papel de algodón Hahnemühle, donde los jardines de Giverny nos resultan irreales y vibrantes.

Al Premio Internacional Ankaria Photo, convocado por la Fundación Ankaria, habían concurrido en esta edición más de doscientos artistas visuales internacionales con propuestas que apuntaban al futuro de la fotografía.

El primer premio está dotado con 3.000 euros y el segundo con 2.000, además de formar parte, las piezas galardonadas, de la exposición que la Fundación Ankaria prepara con los proyectos distinguidos hasta ahora en este certamen.

El jurado del Premio Internacional Ankaria Photo 2025 ha estado compuesto por Ricardo Martí Fluxá, presidente de la Fundación Ankaria; Saleta Rosón, patrona de la Fundación Ankaria; José María Luna, director de Actividades Culturales de la Fundación Bancaria Unicaja y patrón de la Fundación Ankaria; María María Acha-Kutscher, artista ganadora de la anterior edición; Claude Bussac, directora de Estudios Artísticos de Casa de Velázquez;  Sema D´Acosta, crítico de arte, docente e investigador y comisario del Premio Ankaria Photo; e Isabel Elorrieta, directora de la Fundación Ankaria, como secretaria.

José Quintanilla. Giverny. Impression, soleil levant
José Quintanilla. Giverny. Impression, soleil levant

 

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