Ann Veronica Janssens, fabricante de experiencias

El Nasher Sculpture Center presenta su primera individual en Estados Unidos

Dallas,
Ann Veronica Janssens. Blue, Red, and Yellow, 2001
Ann Veronica Janssens. Blue, Red, and Yellow, 2001

En las tres últimas décadas, la artista belga Ann Veronica Janssens ha trabajado con luces y nieblas, focos y proyecciones, con el fin de ofrecer a los espectadores experiencias perceptivas que vayan más allá de la contemplación y que estimulen sus cinco sentidos, modificando incluso su percepción sobre sí mismos.

Se basa para ello en investigaciones científicas; de hecho, muchos de sus trabajos pueden entenderse por igual como obras de arte que como experimentos de laboratorio capaces de suscitar en el público vértigo, agotamiento, alteraciones de la conciencia a través del empleo de la luz y explorando sus efectos sobre nuestra visión de la arquitectura.

Son evidentes las afinidades formales de su producción con el Minimalismo y con la producción de los creadores que en los sesenta y en los setenta investigaron con las posibilidades de la luz sobre el espacio en California, pero Janssens evita la inclinación de aquellos por la monumentalidad, prefiriendo dar lugar a experiencias íntimas, ensalzando la importancia de la subjetividad individual en toda percepción.

El Nasher Sculpture Center presenta, hasta el próximo 17 de abril, su primera exposición individual en Estados Unidos, un compendio de propuestas escultóricas que se nos muestran tanto en su interior como en su jardín. Además de con haces de luz, Janssens trabaja en estas obras con acero pulido, cubos de vidrio o acuarios en los que mezcla distintos líquidos, como agua y aceite de parafina, que generan efectos muy peculiares al reflejar luz.

En el jardín del Nasher podemos encontrar un pabellón bautizado con el nombre de los colores primarios azul, rojo y amarillo: al adentrarnos en él nos recibe una espesa niebla artificial, elemento que interesa a la creadora belga por su capacidad de conferir a la luz una suerte de forma escultórica, tacto y materialidad, gracias a los efectos contrastantes que genera.

A medida que paseamos por el pabellón experimentamos la profunda desorientación derivada de la pérdida de cualquier punto de referencia y gozamos, paralelamente, de los deliciosos efectos de la luminosidad que traspasa paredes y techos impregnándose con sus colores y provocando, involuntariamente, cambios en nuestros movimientos.

Ann Veronica Janssens. Red and Turqoise, 2005
Ann Veronica Janssens. Red and Turqoise, 2005

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