Andreas Fogarasi es uno de esos artistas cuyo ascenso al reconocimiento internacional ha sido meteórico, sobre todo a partir de 2007, año en que representó a Hungría en la Bienal de Venecia con tal éxito que el pabellón de este país recibió el León de Oro por los videos que formaron parte del proyecto Kultur und Freizeit, en el que estudiaba los diferentes fines a los que se habían destinado los centros culturales de Budapest.
Aquellos videos, donde se ofrecían planos generales y en detalle (paredes, fachadas) de los edificios objeto de estudio, se presentaron dentro de seis dispositivos de carácter semiteatral, a modo de cajas negras u objetos minimalistas.
En general, podemos decir que en la producción de este artista vienés convergen dos líneas de trabajo: una reflexión sobre el papel de la arquitectura en nuestra sociedad y su utilización como señuelo para atraer turistas e inversores, y, ya desde un tono más íntimo, una puesta en valor de la importancia de los materiales, el diseño, las estructuras.
Fogarasi ha estudiado arquitectura y Bellas Artes y los intereses de ambas disciplinas los ha conjugado en su obra, a veces de apariencia escultórica, y siempre con un amplio trabajo de documentación previo en lo relacionado con el modo en que la cultura influye en el desarrollo urbano.
Hasta el 30 de mayo, presenta en la Galería Casado Santapau “Vídeo” , una muestra compuesta por un conjunto de trabajos en este formato, en el que el artista confiesa sentirse más cómodo aunque también haya manejado la instalación, la escultura, la fotografía y la escritura. De hecho, la presentación de sus filmaciones en exposiciones tiene un evidente toque escultural.
Él explica su querencia por el video porque, cuando filma, todo lo hace él, desde la investigación hasta el rodaje y la edición, y porque le interesa la representación artística del tiempo, y no sólo del espacio.
Los videos que podemos ver en Casado Santapau (Kinetic Gate, Surface Studies – Karlsplatz y Budapest) los llevó a cabo en distintos momentos de su carrera. El primero es el más antiguo, se fecha entre 1999 y 2012 y está dedicado a Victor Vasarely, padre del Op Art y figura de referencia para Fogarasi; los otros dos videos se caracterizan por su estilo documental y por llamar nuestra atención sobre detalles que normalmente nos pasan desapercibidos en relación con los materiales de construcción.
Surface Studies – Karlsplatz, de 2007, traza un retrato de la ciudad de Viena y sus habitantes partiendo de los diferentes materiales de pavimentación utilizados alrededor de la plaza que da título a la obra. Forma parte de la serie Donor Recognition Structures, que abordaba el uso institucional del arte y la cultura.
Por último, Budapest, el tercer y más reciente vídeo, inmortaliza los nuevos entornos urbanos surgidos en la capital húngara, una ciudad que muchos se han visto obligados a abandonar debido a la recesión. Fogarasi utiliza la arquitectura como vía para jugar a congelar el tiempo y también para documentar una realidad social.
Si estáis familiarizados con la obra de Fogarasi, sabréis que en sus exposiciones resulta fundamental la puesta en escena. En el cubo blanco de la sala madrileña de Casado Santapau, las proyecciones entran de diálogo con objetos colocados en muebles de madera.
En paralelo a esta muestra madrileña, tranzit.ro/, en la ciudad rumana de Iasi, y amt-project, en Bratislava, mostrarán un compendio de sus instalaciones y fotografías. Quien tenga la oportunidad de contemplar las tres exposiciones, podrá hacerse una idea completa de los medios de expresión de los que Fogarasi se sirve.
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