Ámerica fija su mirada en Asia

que nos invita a descubrir en qué grado se vio afectado el trabajo de algunos de los grandes artistas americanos contemporáneos por la cultura y la estética oriental. La muestra arranca remontándose a la segunda mirad del siglo XIX, cuando en Europa la moda de las chinerías, que venía de muy antiguo, empezaba a ser superada por un creciente interés acerca de la cultura japonesa -fruto, sin duda, de la definitiva apertura mercanitil del país en 1868- que ya empezaba a verse reflejado en los lienzos de los impresionistas, las revistas especializadas y la literatura. Pese a su lejanía, Estados Unidos no fue ajeno a estas tendencias, como puede constatarse en esta exposición que recoge trabajos de artistas como Mary Cassatt, quien supo reinterpretar en sus lienzos los encuadres y temas de las estampas ukiyo-e, John La Farge o James McNeill Whistler. Las corrientes estéticas y formales dentro de la creación plástica, las entonces recién descubiertas filosofías y religiones orientales, además de las prácticas literarias, las artes escénicas asiáticas e incluso la caligrafía, pronto pasaron a formar parte del ideario artístico americano; que de un modo u otro, a lo largo de los años, fue apropiándose de sus distintos matices dando lugar a nuevas corrientes creativas e incluso a movimientos artísticos propiamente dichos. Así lo podemos descubrir en colectivos como “Cage Zen” o en la literatura de algunos de los miembros de la famosa “Generación Beat”, principalmente en Kerouac, sin olvidarnos de la vital importancia que la filosofía oriental tuvo para la configuración del arte conceptual o el minimalismo. El trascendentalismo, la estética de la ingravidez, del silencio, del ritmo, de lo invisible quedan latentes en los trabajos de pintores, como Arthur Dove o Georgia O’Keeffe, pero también en las fotografías de grandes maestros como Edward Steichen y Alfred Stieglitz.

Por otra parte, al enfrentarnos a la obra de otros creadores –Franz Kline, Sam Francis, Philip Guston, Robert Motherwell o Jackson Pollock, por mencionar a algunos de los representantes de la pintura gestual- es imposible ocultar la importancia que tuvo en ellos la caligrafía oriental, a la que todos se acercaron, bien por sus aportaciones conceptuales o por el valor que ésta imprimía a los movimientos efectuados por la mano del artista. De este modo, “The Third Mind: American Artists Contemplate Asia, 1860 to 1989” repasa cerca de un siglo de producción artística americana -sin olvidarse de ninguna técnica o disciplina, ya que analiza la literatura, el teatro y artes plásticas en sus múltiples expresiones- descubriéndonos un nexo común que forma parte del trasfondo de todas ellas: una base orientalista que resulta de gran importancia, ya que nos muestra cómo a finales del s. XIX los artistas americanos desvían su mirada, generalmente centrada en Europa, hacia el universo asiático.

Creditos fotográficos:

James Lee Byars. The Death of James Lee Byars, 1982/1994.
Vanhaerents Art Collection, Bruselas. Por cortesía de Marie-Puck Broodthaers, Bruselas. © Estate of James Lee Byars. Foto: cortesía de Michael Werner Gallery, Nueva York y Colonia, y James Lee Byars.

Arthur Wesley Dow. August Moon, c. 1905.
Colección de Edgar Smith, Nueva York

Mary Cassatt. The Letter, 1890-91
Colección S.P. Avery, Miriam and Ira D. Wallach Division of Art, Prints and Photographs, The New York Public Library, Astor, Lenox and Tilden Foundations.