Conocimos a Almudena Lobera tras hacerse con uno de los galardones de la convocatoria Tentaciones de ESTAMPA y con dos Premios Nacionales del Museo del Grabado de Marbella, en 2007 y 2009, y desde entonces esta artista madrileña, licenciada en Bellas Artes por la Complutense y especializada en diseño gráfico, ha llevado a cabo numerosas muestras individuales.
En sus obras aborda el significado y los modos de producción y de percepción de aquellas imágenes que representan fantasías, realidades no visibles o creaciones mentales, producto del inconsciente o de la melancolía que nos convierte en víctimas, y no en agentes, de nuestros pensamientos. En ese empeño, Lobera se sirve de una iconografía inquietante, ambigua, sugestiva tanto por su valor estético como por su sentido conceptual: utiliza, como referentes o como parte integrante de sus propios trabajos, objetos del pasado, elementos de su entorno, piezas relacionadas con la noción de hábitat…a partir de los que crea imágenes abiertas a lecturas múltiples por parte de un espectador que la artista convierte también en “montador” último de las obras, invitándole a reevaluar una y otra vez su percepción primera de las mismas.
Dado que, en opinión de Lobera, estamos rodeados de imágenes-cuadro en su sentido tradicional, ella ha optado por convertir el dibujo en herramienta para expresar de manera directa sus pensamientos, de ideas que por intangibles e inconscientes puedan provocar experiencias estéticas perturbadoras.
Actualmente Almudena disfruta de una estancia en la Real Academia de España en Roma y parte de sus frutos podemos contemplarlos, hasta el 20 de marzo, en la mexicana Galería Arróniz. Su cercanía al gran arte italiano del pasado le ha llevado a analizar la evolución en la percepción y traducción de las imágenes desde el Renacimiento hasta nuestra época, dominada por la tecnología; en definitiva, a estudiar el modo en que ha cambiado nuestra forma de contemplar y afrontar la realidad. ¿El avance científico y tecnológico ha transformado las concepciones sociales, políticas y filosóficas que afectan decisivamente la producción artística de cada etapa de la historia?
Para “Un reclamo particular a la verdad”, Lobera ha llevado a cabo un intenso estudio sobre la importancia del pensamiento matemático y geométrico a la hora de estudiar las múltiples posibles percepciones del mundo que nos rodea, entendiendo el conocimiento como representación mental que conforma lo real.
En Arróniz encontramos formas y cuerpos muy distintos en su origen formal, bidimensionales y tridimensionles, a los que se hace dialogar con sistemas y procedimientos analíticos, planteándose estructuras de percepción y representación relacionadas con diversas teorías científicas del ayer y del hoy y también con los sistemas de pensamiento que ejercen una influencia decisiva en el comportamiento social actual.
La geometría que subyace en estas obras (física y virtual, más o menos explícita) nos invita a contemplar desdoblado un mundo físico en constante expansión.
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