El Real Museo de Bellas Artes de Bruselas dedica una retrospectiva a uno de los pintores belgas más destacados del s. XIX
Desde mañana y hasta el 23 de agosto, podrá contemplarse en los Musées Royaux de Beaux Arts de Belgique una selección de cien pinturas, dibujos y pasteles de Alfred Stevens, reconocido artista belga que desarrolló la mayor parte de su trayectoria en París, en la segunda mitad del siglo XIX.
MUSÉES ROYAUX DE BEAUX ARTS DE BELGIQUE
Entrance Museum of Ancient Art: 3, rue de la Régence
Entrance Museum of Modern Art: 1-2, place Royale
Bruselas
Es la primera retrospectiva que la ciudad de Bruselas dedica a Stevens, y tratará de abordar la producción de este creador en toda su variedad. Sus primeros trabajos se enmarcan dentro de la pintura de historia predominante en su época, pero manifiestan también la influencia del Romanticismo e ilustran a la perfección la modernidad y la evolución social de su tiempo. Posteriormente, la mayoría de sus obras estarían dedicadas a la captación de la vida cotidiana en el París del Segundo Imperio y la III República: al reflejo de la atmósfera de su Salones aristocráticos y burgueses, de la soledad de las mujeres acomodadas Por su agudo sentido de la observación, Stevens fue considerado por los críticos “cronista de la vida mundana”. Amigo de Delacroix, de Alejandro Dumas hijo y de los impresionistas Degas, Monet y Berthe Morrisot, sus pinturas de fines de siglo muestran un luminismo sutil y colorista y son sensibles a la moda del japonismo, presente en las telas y objetos que portan las damas de la alta sociedad que representa. Tras realizar gran número de retratos de infantes de marina, en 1889 plasmaría su virtuosismo técnico en un gran fresco histórico que realizó junto al artista francés Henri Gervex para la Exposición Universal que ese año tuvo lugar en la capital francesa y que lleva por nombre Panorama du siécle. A dicha obra estará dedicada una sección especial de la muestra.
Alfred Stevens
