La feria londinense cumplió diez años mostrando trabajos de más de 1000 artistas representados por 175 galerías de 35 países
La clausura el pasado domingo de la décima edición de Frieze Art Fair, la mayor feria de arte contemporáneo en Gran Bretaña, vino acompañada por las alabanzas de público, crítica y expositores: 55.000 personas acudieron al evento a lo largo de sus cinco días de duración, incluyendo las que visitaron la nueva sección Frieze Masters.
La edición más internacional de la Frieze (nunca en sus diez años de historia las galerías participantes habían llegado de un número tan elevado de países), se ha saldado además con fuertes ventas. Desconocemos la cifra global, pero varias salas si han hecho públicas sus operaciones más cuantiosas: Hauser & Wirth logró vender, por 1,3 millones de dólares, Head Snow de Paul McCarthy; White Cube colocó Destruction Dreamscape, del también controvertido Damien Hirst, por medio millón de libras y la Victoria Miro Gallery vendió, por la misma cifra, Universe RYKP, de Yayoi Kusama.
Por su parte, las galerías Tate adquirieron obras de cuatro artistas emergentes que pasarán a engrosar su colección. Las piezas compradas, con un fondo de 150.000 libras (187.000 euros aproximadamente) son de la japonesa Hideko Fukushima, fundadora de Experiment Workshop en los años 50, y del joven artista surafricano Nicholas Hlobo, de la pintora británica Caragh Thuring y del estadounidense Jack Whitten. Esta institución ha comprado un total de 86 obras de 57 artistas internacionales desde que se celebrara la primera edición de Frieze, en 2003.