David Barro
Con una abarrotada VJ performance de Peter Greenaway se abría el 16º Festival Internacional de
Arte Electrónica SESC_Videobrasil.
SESC. Avenida Paulista. São Paulo, Brasil
Desde el 30 de septiembre hasta el 25 de octubre
El cineasta comenzó con su recurrido lema “el cine está muerto”, para comenzar a manipular en directo fragmentos de sus films de la serie Tulse Luper Suitcases, experimentando con esa narrativa múltiple que, según éste, derriba la dictadura del cuadro. A partir de ahí, el festival se ha convertido en una suerte de conversación infinita, que diría Blanchot, entre artistas, críticos, comisarios y gestores del arte contemporáneo, con una serie de exposiciones, conferencias y mesas redondas.
Peter Greenaway. Tulse Luper Suitcases. © Associação Cultural Videobrasil |
Arthur Omar. Dervix, 2005. © Associação Cultural Videobrasil |
Marcel Odenbach. Disturbed Places Five Variations on India, 2007. © Associação Cultural Videobrasil
Todas las propuestas incluidas en esta ocasión, usan el cine como materia prima, como objeto con el que experimentar nuevas fórmulas. En todo ello fue pionero el artista alemán Marcel Odenbach, del que se ofrece aquí la mayor retrospectiva de su obra realizada en América Latina. Odenbach despliega una realidad perturbadora a partir de imágenes recortadas de películas clásicas y de periódicos o revistas de cine. Odenbach resuelve el presente desde el pasado o, en otras palabras, experimenta la posibilidad de que sean el pasado y sus visiones los actores capaces de moldear una percepción del presente.
Ângela Detanico y Rafael Lain. La existencia en suspenso de las cosas sin nombre, 2007. © Associação Cultural Videobrasil
El festival se completa con una programación intensa y diaria, y con instalaciones como la realizada por Eder Santos -posiblemente el mayor exponente del videoarte en Brasil- que colocó tres grandes paneles LEDs en la fachada para mostrar a un hombre que nada sin parar, o la pareja de artistas Detanico y Lain, que a partir de unas lámparas fluorescentes escriben en braille la siguiente frase: “La existencia en suspenso de las cosas sin nombre”. Otras exposiciones se dedican a la poesía documental de Carlos Adriano, al cine iconoclasta de Edgar Navarro, a las videoinstalaciones políticas de Arthur Omar o al pionero del cine experimental americano y del videoclip Kenneth Anger, que consta de nueve cortometrajes que van desde 1947 hasta 1972. Hablamos de artistas que contradicen lo dirigido, que dificultan la visión fácil, que expanden y deforman el paisaje y que cometen, en último caso, excesos, reflejos de una superficie que nos satura de información. Todo un lujo para un espectador que tiene que construir en libertad su historia, en un universo donde lo plástico y lo textual se cruzan, así como los tonos que producen fisuras, pero sobre todo, donde se da un diálogo sobre lo híbrido y experimental, principal causa del festival.