La recreación de superficies reflectantes entre los objetos de un cuadro ha sido un motivo constante de estudio en la pintura desde el siglo XV para un buen número de artistas por las posibilidades pictóricas que ofrece.
Ese juego entre la imagen real y la reflejada es el eje de la nueva instalación de obras de la Colección Permanente del Museo Thyssen-Bornemisza en la que maestros antiguos y modernos vuelven a convivir en una misma sala: Miradas cruzadas. Los elegidos son Van Eyck y Magritte.
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