Tras ser uno de los becados por la Real Academia de España en Roma en la convocatoria 2016-2017, Santiago Giralda presentaba, el año pasado en Matadero Madrid, un proyecto, Ruta a Roma, compuesto por pinturas de gran formato a las que aplicaba tratamiento digital y que ya ofrecían paisajes a medio camino entre lo natural y lo urbano. Se había inspirado en una pintura de Turner, Roma, desde el monte Aventino, pero sobre todo había buscado reflexionar sobre la representación pictórica de las vivencias personales en un territorio.
La pintura de Giralda, en su conjunto, supone una reivindicación de aquella máxima según la cual no hay visión objetiva, sino que todas las imágenes que percibimos son el fruto de la conjunción de la realidad física, de nuestro entendimiento de la misma y de los deseos que hacia ella proyectamos. En las obras de este autor madrileño, que actualmente vive y trabaja en Nueva York, encontramos motivos que creemos reconocer, pero se acentúa en ellas la presencia de esos filtros que matizan nuestra mirada.
Durante la pasada edición de Apertura Madrid Gallery Weekend, la Galería Moisés Pérez de Albéniz madrileña presentó el último proyecto de Giralda: “Four Seasons”, en el que de nuevo se refiere al paisaje como nuestro hábitat y lo recrea no como es, sino como podría ser, atendiendo a una imagen mental. Como resultado final, en palabras de Kit White, somos nosotros quienes proyectamos, en la pantalla que él crea, algo que habita en nosotros de un modo primigenio. Sus pinturas, entonces, pasan a ser referentes, catalizadores de emociones firmemente enraizadas, pensamientos y respuestas que permanecían enterrados en el subconsciente hasta que algo inesperado los ha despertado.
Estas reflexiones sobre lo que de artificial existe en nuestra visión de la naturaleza tienen su paralelismo en el modo en que Giralda evoca una idea del paisaje por medios que podríamos llamar antinaturales: en las superficies de sus trabajos conviven elementos del collage, retazos pictóricos abstractos y ciertas llamadas de atención que nos advierten de que, frente a su obra, también nos encontramos ante una ilusión. Una ilusión que parte de lo conocido: el pintor trabaja tomando como base fotografías que le aportan estructuras básicas y las manipula y deconstruye hasta convertirlas en fantasías. En el fondo, se trata de la traslación manual de un proceso mental.
Estos procesos los emplea Giralda, en el caso de este proyecto en Moisés Pérez de Albéniz, para plantear qué espacio ocupan la naturaleza (y lo bello, en general) en nuestros entornos urbanos; si la deslocalización de lo natural ha transformado nuestra percepción sobre el paisaje y cuál es el significado hoy de los jardines botánicos en las grandes ciudades, como Nueva York, donde, como decíamos, reside.
El título de esta muestra, su segunda individual en la capital, tiene que ver justamente con su observación del espacio que lo natural ocupa en esa urbe y toma su título de una doble anécdota: Rothko rechazó finalizar un encargo para el emblemático Hotel Four Seasons por elitista y, si buscamos en Internet The four seasons of New York, encontraremos más referencias dedicadas a ese hotel que a las cuatro estaciones.
Santiago Giralda. “Four seasons”
GALERÍA MOISÉS PÉREZ DE ALBÉNIZ
c/ Doctor Fourquet, 20
Madrid
Del 12 de septiembre al 9 de noviembre de 2019
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: