Despedidas las colecciones DKV e INELCOM y los proyectos arquitectónicos de Andrés Jaque y su equipo, el espacio Tabacalera. Promoción del Arte acaba de estrenar ciclo expositivo: hoy ha abierto al público tres nuevas muestras: “Tentativas para agotar un espacio”, “Auralidad y entorno. Un marco de investigación artística” y “CAUSA. Taxio Ardanaz”. En todas ellas el trabajo con el espacio es un elemento fundamental, pero sus planteamientos son bastante diferentes.
La primera, “Tentativas para agotar un espacio”, es fruto de investigaciones colectivas desarrolladas por el grupo de artistas REAR en torno a la historia del edificio de Tabacalera y sus instalaciones. Las han basado en un proyecto que realizó en 1975 George Perec, que numeró cada elemento, permanente o circunstancial, de una plaza de París, y también en la enumeración de las múltiples formas de recorrer un cuadrado de seis pasos de lado del teólogo de la repetición Samuel Beckett.
Los miembros de REAR han examinado La Principal de Tabacalera cada uno desde su propio enfoque: si Sébastien Remy ha querido recordar al público la memoria de los trabajadores del edificio, recordando su pasado como fábrica, Irma Álvarez-Laviada ha intervenido sus muros con técnicas propias de los restauradores para reivindicar que en cualquier espacio existe más de lo que a primera vista apreciamos: hay capas de rico pasado.
FOD, por su parte, nos presenta en el hall de entrada un dibujo escultórico que ofrece una visión invertida de la cúpula que hay sobre él, Rodríguez–Méndez ha establecido paralelismos entre el espacio de Tabacalera y el de su propio taller y Belén Rodríguez ha dispuesto sobre la arquitectura despojada del lugar un mural pictórico que remite a la dificultad de resolver las tensiones que genera, a nivel tanto creativo como expositivo, un espacio en blanco.
Por último, Patricia Esquivias exhibe relieves de mujeres de la burguesía madrileña, aludiendo a la escasa memoria generada en torno a las antiguas trabajadoras de la Tabacalera; Miguel Ángel Delgado quiere transformar nuestra percepción del edificio en su conjunto al conducirnos hacia sus espacios habitualmente cerrados y Nicolás Combarro ha intervenido sus plantas superiores y nos muestra el resultado mediante fotografías.
Completan el proyecto, con la palabra y el cine, las colaboraciones de Lucía Jalón, Alberto Ruiz de Samaniego, Érika Goyarrola y Luis E. Parés.
“Auralidad y entorno. Un marco de investigación artística” nos propone detenernos a percibir hasta qué punto el sonido puede modificar nuestra mirada sobre el entorno, invitándonos a usar más sentidos que la vista al adentrarnos en el edificio de Embajadores.
Esta muestra supone la última etapa del desarrollo de FASE, el Festival de Arte Sonoro Español, una plataforma que, al margen de su nombre, está abierta a la investigación internacional; de hecho, arrancó en 2011 en Berlín como festival anual hispano-alemán. Cada año se organiza en torno a una temática y esta vez se ha decidido plantearlo como estudio sobre las relaciones entre entorno y auralidad. Como esta palabra no viene en el diccionario, hacemos aquí un inciso: se refieren al aura de los lugares, a la identidad que poseen los espacios, surgida de su historia y su memoria colectiva e individual. Para saber más, podéis pasar por este texto de Juan-Gil López.
La exhibición de Tabacalera está comisariada por Alex Arteaga y recoge los frutos de una instalación de vídeo y sonido generada para el espacio Estudios de Tabacalera en la que se defendía que no existe una manera única de experimentar una estancia y que nuestra manera de percibirla no es ajena a nuestras acciones; de un seminario que vinculó espacio, sonido y experiencia en el que participaron Ana García Varas, Lluís Nacenta y Maria Andueza y de presentaciones performativas a cargo de Brandon LaBelle y Salomé Voegelin que tuvieron lugar en Berlín y Madrid, en el caso español con la participación de David Mollin.
¿Y qué veremos en Tabacalera? Tres propuestas de este trío: The free scene (acoustics of cultural survival), de Brandon LaBelle, que reivindica la imaginación como vía de desarrollo de proyectos alternativos en tiempos de dificultad económica; Vocal Site Report, una investigación desarrollada por Voegelin y David Mollin a partir de las instalaciones de Tabacalera en su sentido más físico y material y de la voz de uno de sus vigilantes, y The way a walked the cars went backwards, una reflexión sobre el modo en que los auxiliares de sala contribuyen a crear y modificar un espacio de exposición.
Por último, en “CAUSA” el artista Taxio Ardanaz se ha planteado las razones de que sus intereses como creador sean los que son y lo que implican esas elecciones.
Para ello ha interrumpido su ritmo habitual de trabajo, haciendo parada y fonda para repensar lo que hasta ahora daba por hecho, cómo y por qué se ha situado donde está. Según el comisario, Ángel Calvo Ulloa, se trata de un descanso que permite elaborar una panorámica, respirar y tomar de nuevo esa dirección que no define ni su principio ni su final, sino que se aborda por fragmentos cuyos límites se presentan difusos.
Ha decidido parar y pensar pese a que sus procedimientos y escenarios de trabajo no son precisamente rutinarios: en los últimos años ha elaborado sus obras en Bregenz, Ciudad de México, Pekín, Madrid, La Habana o Bilbao, ciudad esta última donde ahora se ha establecido de forma indefinida.
En unas y otras ciudades ha abordado todo lo que puede un monumento decir, cuando se levanta y con el paso del tiempo, y las miles de reinterpretaciones de las que puede ser objeto, tantas como para generar por sí mismo conflictos nuevos y distintos a los que explican su existencia: las personas, su indumentaria, sus gestos y su carácter político me interesan tanto como las construcciones bélicas, el búnker, las trincheras o los refugios. La guerra me interesa como máximo paradigma del conflicto. El conflicto es universal, es motor humano, y pertenece a nuestras vidas, tome la forma que tome. Lo que queda después también me interesa.
Tampoco la presentación de sus trabajos, a medio camino entre la pintura y la instalación, ha sido siempre igual: sus montajes no obedecen a esquemas preconcebidos, admiten la improvisación.
A Tabacalera Ardanaz ha llevado un proyecto site-specific que recoge algunas de sus obras de los últimos años, varias de ellas inéditas. Su exhibición conjunta en este lugar confiere a muchas significados inesperados nacidos tanto de la relación entre las piezas como del entorno donde las vemos. Queda bajo el criterio de nuestra subjetividad considerarlas, por tanto, como obras autónomas o como partes de un todo y de un interés común; al artista le motivan la indefinición y la ausencia de estrategias.
“Tentativas para agotar un espacio”
“CAUSA. Taxio Ardanaz”
“Auralidad y entorno. Un marco de investigación artística”
TABACALERA. PROMOCIÓN DEL ARTE
c/ Embajadores, 51
Madrid
Del 30 de noviembre de 2017 al 4 de febrero de 2018
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