Rafael, los 37 años más fructíferos

Aún puede verse en cines Raphael, The Lord of the Arts

Madrid,
Rafael. La donna velata, 1516
Rafael. La donna velata, 1516

Os lo contábamos hace unos días: Versión Digital traía a nuestros cines, de toda España, un nuevo documental dedicado a un genio del arte. Raphael, The Lord of the Arts se estrenó el 2 de noviembre pasado y aún hay tiempo para verlo en varias salas: los Cines Broadway de Valladolid, los Multicines Norte de Vigo, los Multicines Compostela de Santiago, los Conde Duque Morasol de Madrid, los Florida de Vitoria, los Zugaza Zinemak de Durango, el JCA Teatre Principal de Lleida y el JCA Valls (Tarragona).

Intercala fragmentados adaptados al medio fílmico de la vida del pintor de Urbino, breve pero intensa en lo profesional y lo personal, con amplias explicaciones sobre su obra, rigurosas y amenas, a cargo de tres de sus mayores conocedores: Antonio Paolucci, que fue ministro de Cultura en Italia y director de los Museos Vaticanos (el centro que atesora la mayor parte de su obra), el profesor Vincenzo Farinella y Antonio Natali, que fue director de los Uffizi.

Sin desmerecer el trabajo de los actores que dan vida al artista, a su amante La Fornarina y a los genios que tuvo cerca, como Leonardo y Miguel Ángel, la columna vertebral de la obra, como decimos tan seria como cercana, la constituyen las aportaciones apasionadas de los expertos: sus comentarios sobre la evolución del pintor, los artistas, mecenas y hechos que marcaron su carrera y los detalles armoniosos de sus obras (Dios y el diablo siempre en los detalles) que explican que hoy lo consideremos un grande entre los grandes.

El grado de acercamiento a sus trabajos y la calidad de las imágenes hipnotiza, y no hace más que subrayar esa belleza la combinación de las secuencias dedicadas a su obra con las extraordinarias vistas de las ciudades donde Rafael trabajó: Florencia y Roma. Una presencia constante a lo largo del documental es Vasari: a él le debemos el testimonio más pormenorizado sobre su vida, desde sus años primeros en Umbría hasta su etapa triunfal en Roma pasando por una intensa formación de cuatro años en las tradiciones florentinas, y también se hace hincapié  en la pasión de Rafael por otra tradición, la grecolatina, desde que trabajó como inspector de antigüedades.

No hace falta decir que nada sustituye, en cuanto a impacto visual y emocional, a la contemplación de estas pinturas in situ, pero audiovisuales como este ofrecen la oportunidad de contemplar elementos que pasan desapercibidos al ojo en el museo y también de compaginar esa observación pausada, desde la comodidad de la butaca, con explicaciones de expertos que han profundizado en la figura de Rafael hasta hablar de él como de un amigo.

Y en lo que tiene que ver con el pintor, tampoco es necesario deciros que Sanzio buscó representar una belleza natural donde la tensión y el dramatismo quedaban -generalmente, aunque no siempre- descartados. Sus composiciones son equilibradas, amables y delicadas y los rostros de sus retratados, serenos y llenos de gracia.

Para Rafael, la belleza existía en la naturaleza y la función del artista era básicamente ocuparse de revelarla en un acto de creación meditado intelectualmente.

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