Philadelphia homenajea a las mujeres del Pop

Cincuenta trabajos de veinte mujeres artistas ligadas al Pop Art se exhiben en la Universidad de las Artes de la ciudad

Sus homólogos masculinos se convirtieron en iconos de una época, la de la década de los sesenta, caracterizada por radicales cambios sociales, pero ellas pasaron en gran medida inadvertidas y muchas quedaron relegadas al olvido.

La University of the Arts de Philadelphia inaugura hoy “Seductive Subversion: Women Pop Artists 1958-1968” , exhibición que podrá visitarse hasta el 15 de marzo y que contará con medio centenar de obras de veinte mujeres artistas internacionales, poco reconocidas hasta el momento y ligadas al Pop Art.

La idea de organizar esta muestra partió de Sid Sachs, director de la Rosenwald-Wolf´s Gallery, que tras comisariar en 2002 una retrospectiva dedicada a la cineasta y bailarina Yvonne Rainer, se preguntó por qué la propia Rainer y otras artistas femeninas del momento no aparecían en los libros de historia del arte junto a Oldenburg, Warhol, Indiana o Roy Lichtenstein.

Fueron necesarios seis años de investigaciones para rastrear la producción de esta generación perdida de mujeres artistas en colecciones privadas y museos de todo el mundo y poder mostrar una visión completa de sus trabajos ahora en Philadelphia.

Entre las obras más significativas de la muestra figura la escultura de John Wayne que la revista Life encargó a Marisol Escobar en 1963 para realizar un montaje vinculado al cine, pero también se expondrán en la University of the Arts piezas significativas de Niki de Saint Phalle, Yayoi Kusama, Rosalyn Drexler o Chryssa Vardea.

Expertos como la crítica e historiadora del arte Nancy Heller han intentado buscar razones por las que estas creadoras no alcanzaron los niveles de respeto y reconocimiento que sí lograron sus compañeros y entre las posibles causas han señalado la percepción de los galeristas, sobre todo en los sesenta, de que la obra de mujeres artistas no vendía tanto ni resultaba tan atractiva al comprador como la de artistas masculinos o la de que, a la sistemática exclusión de las mujeres en el mundo del arte desde el siglo XVI, tenemos que añadir que el arte pop fue ya de por sí un movimiento marginado por críticos y académicos del momento debido a su inspiración en motivos populares y a su recurso al humor. En opinión de la propia Heller, las cosas han mejorado mucho en este sentido, pero queda mucho por hacer a favor del reconocimiento de la artista mujer.