El vídeo es el principal medio de trabajo de la artista venezolana Patricia Esquivias, que, a partir de memorias, información validada y chismes lleva a cabo grabaciones en las que a menudo su propia voz lee un texto mientras presenta imágenes y documentos a cámara fija sin ningún corte y sin un montaje determinado.
En estas obras se mezclan lo macro y lo micro, las historias personales de personas anónimas y los grandes acontecimientos, y lo hacen de manera aparentemente dispersa, subrayando en el espectador la dificultad de narrar los hechos de forma objetiva y lineal, lo imposible de hablar con simpleza al referirnos al pasado. Sí dota de veracidad a lo contado el tono personal de su intervención.
A medio camino entre el ensayo, la charla y el micro relato, podemos hablar de sus trabajos como obras performativas. Ella los realiza en una única sesión, y valora la introducción de la improvisación en el proceso; eso sí, antes de esas sesiones realiza investigaciones previas amplias de las que queda constancia en archivos de imágenes y mapas conceptuales.
A partir del 19 de febrero y bajo el comisariado de Soledad Gutiérrez, una selección de los proyectos más recientes de esta artista forman parte de la muestra “A veces decorado” en el Centro de Arte Dos de Mayo. Aquí Esquivias ha buscado cuestionar la noción de autoría artística y también el papel jugado por la arquitectura en la construcción de la memoria colectiva.
La artista ha partido de la historia de un edificio concreto, el que ocupa los números 111-119 del Paseo de la Castellana de Madrid, que se construyó a finales de la década de los cincuenta en un estilo moderno para aquel tiempo, alejado del academicismo. Los arquitectos jugaron entonces un papel fundamental, al convertirse en clientes y patronos de otros artistas, como pintores y escultores, que recibieron encargos para decorar sus edificios. Fue en este contexto cuando la consideración de la arquitectura se equiparó en nuestro país a la pintura o la escultura, como ya ocurría en América y en el resto de Europa.
Al igual que en proyectos anteriores, aquí Esquivias ha solapado el repaso a hechos históricos de aquel periodo con las narraciones de historias y experiencias personales en una rica investigación a la que podremos acercarnos en el CA2M a partir de vídeos, fotos, dibujos, ejemplos de artes populares y decorativas y obras de otros artistas (Manuel S. Molezún, Amadeo Gabino, Alberto Sánchez) y arquitectos (Miguel de Artiñano y Fernando Garrido).
Uno de los intereses esenciales de la artista, y en “A veces decorado” podemos advertirlo de nuevo, es la arquitectura popular y el modo en que la gente que la ve y la habita la percibe. Por eso en esta exposición se han incluido otros trabajos que aluden a la cultural pre-colonial en Sudamérica o a los flujos de personas y la emigración desde el norte de Marruecos a países europeos.
También forma parte de “A veces decorado” Off a Short Stay (en proceso), la revisión de Esquivias de cómo vivimos, los espacios públicos y domésticos que habitamos y cómo sus usos se han transformado en relación a nuestros valores y aspiraciones.
El propósito último de Patricia Esquivias es registrar y hacer visibles nuestros cambios de pensamiento para que seamos conscientes de ellos.
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