Hace cerca de una década confesaba Salud Parada Morollón a La Crónica de Salamanca que siempre había creído en ángeles: no tanto en su sentido religioso tradicional, sino en uno más extenso, vinculado a su simbolismo y a la espiritualidad del ser humano quizá desde sus mismos inicios; a la necesidad de mediación entre el individuo y una dimensión trascendental.
Los ha estudiado desde hace años, detectando su presencia en todas las religiones (salvo el budismo), en clasificaciones casi interminables, y los ha trasladado a su escultura y a su pintura. Transita entre ambos medios: aunque el modelado fue su actividad primera, el dibujo es parte indisociable de sus proyectos; y tanto en las dos como en las tres dimensiones, su fin es la captación de belleza, la que afirma encontrar en instantes cotidianos y a menudo en la naturaleza.
Una selección de sus ángeles, pintados o esculpidos y vinculados a distintas culturas (desde los vigilantes caídos del cielo atendiendo al Libro de Enoc, propio de las iglesias ortodoxas de Etiopía y Eritrea, a los enviados divinos que se manifiestan como luces o guías), pueden verse, desde hoy y hasta el próximo 11 de enero, en la Sala O Lumen madrileña.
La muestra se llama “Teorías del Ángel” y cuenta con pinturas en las que la materia no prevalece sobre la forma y esculturas en terracota, de líneas vivas y aristas marcadas.
Artista de larga trayectoria, Parada Morollón recibió lecciones de Damián Villar y Mariano Álvarez del Manzano, y comenzó su formación en Ávila, Salamanca y la Escuela de San Eloy. Ha llevado a cabo destacados monumentos públicos que pueden verse en Salamanca, Toledo y León, además de exponer en España y en Italia, Portugal, Rusia, Francia o Estados Unidos.


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