Neo Rauch, imaginario y vagamente familiar

David Zwirner expone su obra reciente

DAVID ZWIRNER GALLERY

525 West 19th street

Nueva York

Nueva York,
Neo Rauch. Über den Dächern, 2014
Neo Rauch. Über den Dächern, 2014

Conocemos sus pinturas por su combinación, inconfundible y casi surrealista, de realismo y abstracción. Neo Rauch nació en 1960 en Leipzig, ciudad entonces de la Alemania Oriental, y allí pasó su juventud, formándose en la Hochschule für Grafik und Buchkunst. Aquellos primeros años en el Bloque del Este, donde la pintura figurativa mantuvo su predominio frente a los movimientos de vanguardia surgidos en el lado occidental, explican la querencia de este artista por la figuración, aunque a finales de los ochenta encabezase la ruptura con los dogmas anteriores.

La sala David Zwirner de Nueva York presenta, hasta el próximo 20 de diciembre, una selección de pinturas de Rauch en pequeño y gran formato que mantienen la excéntrica iconografía habitual en el artista: figuras híbridas entre lo humano y lo animal, animales mismos y seres imaginarios que, inquietantemente, nos resultan familiares. Fantasía e historia.

Situadas sobre fondos arquitectónicos o rodeadas de instalaciones industriales o paisajes áridos y extraños, sus figuras se afanan en tareas indeterminadas y pueden parecernos protagonistas de un bodegón. El alemán presta especial atención a la perspectiva, sin perder su corrección y la legibilidad de los contornos, y las variaciones de escala entre sus obras parece ser arbitraria. Algunas piezas resultan collages: introduce en la escena principal otra complementaria, a modo de ventana; ambas con composiciones distintas.

Pese a que figuras y entornos nos resultan semejantes en los trabajos que exhibe David Zwirner, cada pintura narra una historia diferente, transluce una épica independiente y ofrece gamas cromáticas distintas. Tienen en común el peso de las alegorías, el talento del pintor a la hora de plasmar la sensación de peligros latentes, de que todo puede estar a punto de suceder en el espacio “narrativo del lienzo”, rotundo en su escenografía. La noción de trabajo continúa vigente en esta producción reciente, aunque las tareas físicas de sus peculiares personajes parecen haber cedido el testigo a las creativas.

Ésta es la sexta muestra de Neo Rauch en la galería neoyorquina desde que se estrenase en la sala en el año 2000. Él mismo define su estilo como “pintura figurativa con ecos de arte publicitario y pop art”, aunque el optimismo sin pretensiones de éste deja paso en su obra a una mezcla de utopía y nostalgia que muchos han ligado a Beckmann, Beuys o Baselitz.

En España no resulta demasiado conocido; podéis buscar su obra en las colecciones del Gemeentemuseum, Hamburger Bahnhof, el Metropolitan de Nueva York, el Museum Ludwig de Colonia, el MoMA y el Guggenheim neoyorquinos o el Stedelijk de Ámsterdam.

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