Si el conjunto de la producción de Antoni Muntadas puede entenderse como un entramado de conceptos en constante desarrollo y ligados unos a otros, no es difícil concebir su trayectoria al completo igualmente como desplazamiento, como un camino en el que los espectadores son compañeros de viaje que interactúan con los frutos videográficos de sus reflexiones.
A sus proyectos, interconectados como todos, más estrechamente vinculados a la idea de desplazamiento y sus implicaciones, se dedica la muestra que el CGAC de Santiago de Compostela le dedica desde el 17 de febrero: un conjunto de sesenta obras que crean paisaje y que, a su vez, lo son. En todas ellas ha manejado Muntadas las nociones de espacio y tiempo ligándolas a tres acciones posibles que implican ausencias y presencias geográficas, las de perderse, irse y desaparecer, que pueden resumirse en una a modo de trinidad: desplazarse, deambular.
Desde los inicios de su carrera, el barcelonés, pionero del videoarte en nuestro país, ha cuestionado los contenidos y contextos de lo que entendemos por cultura hoy valiéndose de mecanismos de los medios de comunicación de masas, y en relación con ellos ha elaborado también el mapa geográfico y político, el mapa social, nacido de su transitar por el quehacer artístico, ahondando siempre en los puntos de relación entre la creación, los sistemas de comunicación y las ciencias sociales.
El paisaje ha sido también, y lo podremos ver en el CGAC, territorio propicio para esas reflexiones con muchas caras y formas desde que, en los setenta, acuñase el artista el término de media landscape para referirse a los espacios urbanos que él entendía gobernados por los medios, paisajes mediáticos en los que ha buscado desarrollar proyectos específicos, bien por adaptarse al lugar o bien por ceñirse a un arco temporal.
Plantea Muntadas las consecuencias que la globalización, el consumismo y los desplazamientos constantes presentan en el campo de la cartografía y si, como ha explorado Marc Augé, podemos decir que el territorio en su sentido clásico continúa hoy existiendo o es solo un ente ilusorio alimentado, como el arte actual en general, por la mundialización.
En los proyectos, de distintas épocas, que forman parte de la muestra veremos mapas de superficies marinas o terrestres que podemos entender como cartografías a medias, como representaciones desafiantes del territorio, porque vienen determinadas por la fluidez y la inestable presencia del agua y sus geometrías, variables estas en los distintos escenarios en los que ha trabajado: laberíntica y sinuosa en los canales venecianos, intermitente en el recorrido del río Guadiana u horizontal y vertical en Finisterre. Su agua deambula, se pierde, desaparece.
Sobre esos enclaves bien conocidos, el artista ha inscrito imágenes y textos, enseñándonos de ellos imágenes inesperadas y ajenas al ritmo acelerado que marca hoy nuestros días: elige presentarnos una Venecia vacía de turistas, el horizonte de Finisterre de día y de noche o el Guardiana visible e invisible (como los hemos podido ver y como no).
Plantea Muntadas las consecuencias que la globalización, el consumismo y los desplazamientos constantes presentan en el campo de la cartografía
En la ciudad italiana ya trabajó el artista en City Museum (1992-2011), pero en el CGAC veremos el más reciente proyecto Dérive Veneziane (2015): una Venecia en negativo en la que confronta nuestros arquetipos a imágenes nocturnas y vacías, deudoras de cierto etnicismo. El vídeo consta de un travelling sin inicio ni final.
Al trabajar sobre el Guadiana en (Des)aparecer Guadiana, dio su testimonio de su personal visión de un río que entiende intrigante, enigmático, por cruzar todo tipo de paisajes y por discutirse aún la ubicación concreta de su nacimiento, y vinculó el ver y no ver (el río) con el ver y no ver la luz, introduciendo un factor nuevo a sus imprevisibles desplazamientos: el de la incertidumbre.
Contraponiendo además lo físico y lo geopolítico, contrasta el camino fluido e imprevisible de su cauce con la noción rígida de frontera (el Guadiana desemboca en el Atlántico, entre la portuguesa Vila Real y la onubense Ayamonte). A fronteras, en un sentido político y social, también alude, de forma más cruda, en On Translation: Fear/Miedo, On Translation: Miedo/Jauf, vinculándolas a los fenómenos migratorios y al miedo.
Por su parte, a Finisterre conducen el Camino de Santiago y la Vía Láctea, el cielo, la religión y la política; hoy se suma a esos factores el turismo global. En el trabajo que lleva el título de la localidad gallega, fechado el año pasado, nos propone Muntadas abandonar la convencional contemplación estática del cielo y el mar para adoptar una nueva, más activa y también lenta: filmó su horizonte un minuto por cada una de las 24 horas de un día, de modo que ante nuestros ojos la luz irá escalando la oscuridad, interrupciones por medio.
Venecia, el Guadiana y Finisterre son los escenarios más suculentos de sus estudios sobre el desplazamiento, pero en la serie de fotografías Media Sites/Media Monuments (1981) trabajó sucesivamente en Washington, Budapest, Buenos Aires y Roma mostrando lugares comunes en el pasado y en el presente, y en un sentido parecido buscó redefinir los espacios urbanos ligándolos al tiempo y a la actividad en Double Exposure.
De la exposición del CGAC también forma parte Situations, su serie dedicada a lugares de tránsito, domesticados y destinados a la espera: los llamados no-lugares, repetitivos e impersonales al margen de donde se encuentren.
Y como todo deambular termina, y existe también el desplazamiento interior, no falta en el museo gallego La siesta (1995), que remite a Joris Ivens y su compromiso y al Sueño de la razón de Goya y habla de la introvisión.
En unos y otros proyectos, defiende Muntadas que el paisaje puede ser escenario y matriz de todo tipo de reflexiones y que todo cabe en él, sobre todo la subjetividad: el entorno, también el natural, lo aborda como proyección del paisaje mental y la fluidez del agua como metáfora de los continuos cambios del ser social en el tiempo, de sus derivas y sus nuevas y viejas fronteras.
“Estrategias del desplazamiento”
CGAC. CENTRO GALLEGO DE ARTE CONTEMPORÁNEO
Rúa Valle Inclán, 2
Santiago de Compostela, A Coruña
Del 17 de febrero al 17 de junio de 2018
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