Novecento
La Galería Pesaro de Milán es la cuna de este movimiento que se fragua a finales de 1922.
El Novecento rechaza los movimientos de la vanguardia europea y propone una vuelta al arte naturalista basado en las tradiciones clásicas italianas. Su origen se puede rastrear en el movimiento valori plastici y por otra parte coincide con el estrecho nacionalismo en materia artística del régimen oficial. En marzo de 1933 el grupo realiza la primera exposición, en la que el propio Mussolini pronuncia una alocución sobre el tema “El arte y el Gobierno”.
El grupo novecentista, que reune inicialmente a Marussig, Oppi, Bucci, Sironi, Dudreville, Malerba y Funi, representa como la scuola romana un retorno al clasicismo que Sarfatti trata de orientar con un fin ético gracias a la configuración de un estilo monumental y solemne. Este movimiento acoge artistas con estilos muy variados, como los citados, a los cuáles se unen Carrá, Tosi y Campigli; esto hace que no exista un programa artístico definido, pero va identificándose cada vez más con el formalismo vacío y la propaganda. Será el principal reducto del reaccionismo durante los años treinta.